TENIS

La maldición que se ceba con Davidovich: al malagueño se le escapa entre los dedos, otra vez, su primer torneo

El tenista español tuvo tres bolas de partido ante De Miñaur para ganar en Washington, pero se acabó derrumbando en el desempate. Hundido, hasta su rival se acercó a consolarle

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De Miñaur consuela a Davidovich EFE

Alejandro Davidovich no se lo podía creer. Después de gozar de tres pelotas de partido, tres oportunidades para sentenciar su duelo ante el australiano Álex de Miñaur, vio cómo se le escapaba entre los dedos su primer título tras caer por 5-7, 6- ... 1, y 7-6 (3). Una dura derrota que no es la primera vez que sufre y que empieza a tornarse en maldición para el español, que no logra inaugurar su palmarés.

El tenista malagueño se derrumbó en el 'tie-break' del tercer set de la final del ATP 500 de Washington, disputado sobre pista dura, después de una montaña rusa de emociones que se alargó durante tres horas. Al español se le aparecieron los fantasmas de las finales perdidas esta misma temporada en Acapulco (México) y Delray Beach (USA), ambas a principio de año, y que le dejaron con la miel de su primer título en los labios.

Después de esas dos grandes decepciones, unidas a la final que perdió en 2022 en Montecarlo, el español, que a sus 26 años está protagonizando su mejor temporada y ha entrado por primera vez en su carrera en el 'top20', dejó pasar también su cuarta oportunidad. Y le empieza a pesar. Este domingo, tras caer con De Miñaur, se hundió en su banquillo visiblemente afectado. Hasta tal punto que su rival se acercó a consolarlo.

En el primer set Davidovich consiguió marcar territorio sobre todo con su derecha, pero también con el revés paralelo, apuntándoselo por 7-5. En la siguiente manga despertó De Miñaur, que propinó un contundente 6-1 al español, que pareció guardar baterías para el tercer asalto. Y la apuesta no le salió mal, porque recuperó la iniciativa, rompió el servicio de su rival en el cuarto juego y tuvo la oportunidad de cerrar la victoria al servicio.

No lo consiguió pues el australiano se resistió y le devolvió el 'break', pero después, al resto, el español tuvo tres bolas de partido. Casi igual que en Delray Beach, donde tuvo dos para ser campeón. Pero Davidovich perdonó otra vez y De Miñaur no desaprovechó la oportunidad de sumar el décimo título de su carrera.

La maldición cobra fuerza, pero si el español mantiene el nivel que le ha acercado a las mejores raquetas del mundo -ahora es número 19 de la ATP- seguramente dispondrá de otras oportunidades para dejarla atrás e inaugurar por fin su palmarés. Y así se lo dijo el propio De Miñaur en los discursos de la entrega de trofeos: «Esto no es el final. Solo va a ir a mejor para ti».

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