Tenis
¿Quién frena a Alcaraz? El número uno desbloquea otro nivel
En solo dos semanas se ha rencontrado con su mejor versión y ya vuelve a meter miedo a sus rivales
Nadal sale del 'Top 10' por primera vez desde 2005
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Iniciar sesiónDespués del US Open, había pasado por un letargo, los vapores del éxito, tan rápido, tan frenético, en un escenario tan propicio para soltar la imaginación a volar. Si podía hacer esto en un año… Llegó el aterrizaje, forzoso, una lesión, otra lesión, ausencias en ... grandes torneos, volver a empezar. Costó coger el ritmo, el punto en el que estaba. Aun así, título en Buenos Aires, final en Río, otra pausa inesperada por un cuerpo al que a veces le cuesta seguir el ritmo de su dueño y, por fin, Alcaraz de nuevo en su máximo esplendor: tenis, potencia, efectividad, sonrisa, número 1, campeón en Indian Wells. Feliz el murciano en Estados Unidos, alarga su idilio con este público que lo adora: se hizo un nombre en este torneo el año pasado, se hizo un hueco en la historia del tenis español al ganar en Miami –primera raqueta nacional masculina en lograrlo– y se hizo leyenda con 19 años al conquistar el US Open y el líder de la ATP más joven.
Alcaraz ha ido desbloqueando niveles a cada paso. En este curso escaso que ha pasado desde que perdiera las semifinales contra Rafael Nadal, y en estas dos semanas de volver a reencontrarse con su mejor actuación. Había dudas de su puesta a punto después del parón, y tenía un cuadro de los que asustan, pero los que se asustan son ahora todos los demás. No él. Después de este torneo, la pregunta surge: ¿quién frena a este Alcaraz?
Ni una duda del desgarro abdominal en los isquiotibiales de la pierna derecha se asomaron en su estreno contra Thanasi Kokkinakis, que ha vivido sus mejores días en el pasado, sí, pero siempre es un peligro su altura y su potente servicio en pista rápida. Algo más sufrió con Griekspoor, y mucho menos contra Jack Draper, retirado por lesión. Pero si Alcaraz es ya favorito en todas las quinielas es porque ha aprendido también a medirse en la competición, a saber cuándo poner el cuerpo al 60 % y cuándo subirlo porque así lo exigirá el rival. La piedra de toque, Felix Auger-Aliassime. Tres derrotas anteriores, todas las jugadas. Nunca le había podido arrebatar ni un solo turno de saque, tan firme el canadiense en ese aspecto incluso bajo presión. Hasta ahora. «Ha sido el partido en el que mejor he restado de toda mi carrera», admitía el murciano tras el choque. Asimiló lo que necesitaba, lo puso en juego, funcionó. Otro nivel superado.
Para seguir, ese Jannik Sinner con el que crece en paralelo. Ese Sinner con el que compartió el partido que, según extenistas y expertos, puso el tenis en el siguiente nivel, los cuartos de final del US Open. No hubo aquella electricidad en el encuentro de Indian Wells, pero sí esa demostración de que Alcaraz también está dispuesto a sufrir y ya sabe que no siempre va a poder ganar pasándoselo bien. Sinner ya está descifrado, aunque acumula el italiano un par de espinas que se cobrará en el futuro. Y en la final, la última escena con el último de los muros. Un Daniil Medvedev que lo había ganado en el único encuentro previo, cuando ni uno ni otro eran los que son ahora. Uno que llegaba en racha y que Alcaraz supo leer y enredar, atosigar y anular, por el viento que había y por el vendaval en el que convirtió su tenis. Fin de este juego y como master.
Así queda el ranking tras el triunfo de Alcaraz en Indian Wells
S. D.El español logra su tercer Masters 1.000 y octavo título de su carrera, tras una final perfecta ante un Medvedev desconocido (6-3 y 6-2)
Llega Miami, otro escenario propicio para seguir sumando alegrías, víctimas y respeto en el circuito. También retos, como la de defender una plaza con tantos honores como esta que lo hizo eterno en en tenis nacional, junto a Arantxa Sánchez-Vicario. Y la pregunta vuelve a surgir: ¿quién frenará a este Alcaraz? Toca dar un salto hacia delante, la temporada de tierra. Pero ahí tampoco hay demasiados que puedan superarlo. Lo demostró el año pasado. Títulos en el Conde de Godó y en el Mutua Madrid Open, con victorias ante Nadal y Djokovic y paliza de las que no se olvidan en la final contra Zverev. De sus 104 victorias, 53 han sido en pista dura (74%); pero el porcentaje es similar, e incluso un poco superior, en tierra (47-12, 79%).
Por el momento, se está pasando el juego. Donde se medirá este Alcaraz de videojuego será, de nuevo, en los Grand Slams. No pudo jugar en el Abierto de Australia por lesión, y la edición anterior se quedó en tercera ronda; asoma en mayo Roland Garros, al que aspiraba ya el año pasado por su recital por la tierra - «Esperamos terminar mi gran objetivo del año que es ganar un Grand Slam, en París» decía a este periódico en la Caja Mágica-, pero en el que se quedó varado en octavos, contra el mismo Zverev al que dejó seco en Madrid. También Wimbledon fue una plaza complicada, con un Sinner que lo mantuvo a raya en octavos.
Vuelven Nadal y Djokovic
En estos grandes escenarios también reaparecerán Nadal y Djokovic, que siguen siendo la medida de todas las cosas. También para el murciano. Tiene un balance desfavorable con el balear (2-1, Madrid 2021, Indian Wells 2022) y uno favorable con el serbio (la única cita por ahora fue la de Madrid). Pero ambos son los dueños de los torneos a cinco sets, obcecados en ellos por la carrera por la eternidad que llevan entre manos incluso antes de que Alcaraz cogiera su primera raqueta: Nadal ganó su primer Roland Garros cuando el murciano acababa de cumplir dos años.
Por el momento, Alcaraz lleva un Grand Slam, aunque no tuvo que citarse ni con el balear ni con el serbio. Pero le tiene miedo a pocas cosas el murciano. Ya tenía el talento, lo está puliendo a marchas forzadas, adquiriendo una habilidad más en cuanto pone el pie en la pista. Sirva este Indian Wells como referencia: mejora paulatina, subida de nivel en las rondas importantes, estudio de los rivales. Y en la cabeza, los mandos parecen ya controlados. Sirva la final como referencia: ni un despiste, ni una diablura de más, ni gestos ni excesos, pura concentración.
Por el momento, son ocho títulos, tres Masters 1.000 y un Grand Slam, y 19 años todavía, y número 1 recuperado. Y la confirmación de que él es el líder de esta generación. Y lo que él quiera. Su cuerpo tendrá que adaptarse a la exigencia y a la ambición. Y los rivales, a ver cómo se puede vencer a esta máquina indestructible en la que se ha convertido Alcaraz.
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