Feliciano López, adiós a un estilo de tenis

Han sido 506 victorias en 996 encuentros, y siete títulos individuales: Vienna 2004, Johannesburgo 2010, Eastbourne 2013, Eastbourne 2014, Gstaad 2016, Queen's 2017 y Queen's 2019. De septiembre de 2007 a junio de 2018 sin salir del top 50 (y otra buena racha desde julio de 2003 hasta abril de 2006), y desde julio de 2002 hasta abril de 2019 entre las cien mejores raquetas del mundo. Pero más allá de números, se marcha con el toledano una forma de jugar que se adaptó a todas las circunstancias y épocas hasta los 41 años, pero que deslumbró sobre todo en la hierba, siempre tan difícil de domar hasta que llegó este chaval zurdo de pelo largo para desmarcarse de sus ídolos y compañeros (Moyà, Berasategui, Corretja, más amantes de la tierra) a dar lecciones de revés, cortados y saques. En su carrera, 10.261 saques directos (28 en estos tres partidos en Mallorca); cuarta posición tras John Isner (14.260), Ivo Karlovic (13.278) y Roger Federer (11.478).

Ha sido un ejemplo de regularidad y compromiso. Con 41 años y nueve meses, se queda empatado con Federer en número de Grand Slams disputados, 81. Fueron 79 consecutivos, y es el primer tenista en jugar veinte ediciones de los cuatro grandes.

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Pero donde más ha disfrutado siempre Feliciano López ha sido en la Copa Davis, un título en equipo que da buena cuenta de su compromiso con sus compañeros y que ha levantado en cinco ocasiones: 2004, 2008, 2009, 2011 y 2019. Además, en dobles, conquistó seis títulos entre los que destaca Roland Garros de 2016, de pareja de Marc López, que lo acompañó en el banquillo en este último partido.

El adiós nunca es fácil, pero López ha tenido la suerte, en sus propias palabras, de decidir cuándo y cómo. Sin lesiones de gravedad en su carrera, decidió el año pasado comenzar a pensar en decir adiós. «Yo he dejado de jugar cuando yo lo he querido dejar y sobre todo como he querido yo y eso es un privilegio», indicó en una entrevista a este diario en mayo.

Ahora se dedicará a su familia, a su hijo Darío, y a buscarle otra vuelta a su trayectoria profesional. Quiere formarse para seguir cerca del deporte, pero desde otra perspectiva. Y ya tiene experiencia, director del Mutua Madrid Open y en este curso, además, director de las finales de la Copa Davis 2023.

En la pista, lágrimas en su despedida, con un vídeo proyecto en pantalla grande que hizo un pequeño resumen de 26 años de carrera, con palabras y aplausos por parte de muchos de sus rivales y compañeros.

«Es un momento en el que pensaba que no iba a llegar. Gracias al torneo por haberme permitido despedirme en mi país, en una superficie tan especial para mí. Siempre he pensado en el tenis como un espectáculo y he querido que la gente se lo pasara bien, los que están en la pista y en el televisor, espero haberlo conseguido. Gracias a mis entrenadores, que han sido parte de mi trayectoria.

A mis padres, que no han podido estar aquí. Mi padre fue el loco que empezó todo esto. Me regaló una raqueta y el viaje ha llegado hasta aquí y lleno de muchas cosas bonitas. Si no me hubiera inculcado ese amor por el deporte y por el tenis yo no estaría aquí, así que gracias.

Gracias a Sandra, por tu apoyo incondicional. Ha sido mi última etapa, pero la más bonita. Sin ti no hubiera podido conseguir lo que he logrado en estos seis o siete años de mi carrera. Nos queda mucho por vivir todavía. Te quiero agradecer todo lo que me has apoyado.

Espero volver el año que viene aquí, es un torneo muy especial, aunque sea en otro rol", se expresó el toledano, Darío en sus brazos, su mujer al lado, lágrimas en su rostro.