Open de Australia
Djokovic ya enseña el colmillo: «Soy un competidor feroz»
Después de dejarse un par de sets por el camino, el serbio se ha afinado en la Rod Laver donde ya intimida: 6-0, 6-0 y 6-3 a Mannarino, y se enfrenta con Fritz en cuartos
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Iniciar sesiónCuando Novak Djokovic está de dulce todo pasa por él, y extiende sobre los presentes una pátina de invencibilidad con el que todavía pone más distancia entre él y todos los demás. Superada la barrera de los 100 partidos en os cuatro Grand Slam (por ... detrás de Federer, 117, y Serena Williams, 105) En esta edición del Abierto de Australia, y después de dejarse dos sets por el camino en las dos primeras rondas, proceso de rodaje, sucede que el serbio intimida y cumple rondas ya sin piedad. Fue un 6-2, 6-7 (5), 6-3 y 6-3 ante Dino Primzic y un 6-3, 4-6, 7-6 84) y 6-3 ante Alexei Popyrin.
Pero la meta está más que clara, se vislumbra al final de esta semana, y los rivales se convierten en poco menos que entrenamientos para ponerse todavía más a punto. Ante Tomás Etcheverry, un 6-3, 6-3 y 7-6 (2). Y Adrian Mannarino, otro experto de 35 años que había encontrado un buen tono en Melbourne: victorias ante Stan Wawrinka (6-4, 3-6, 5-7, 6-3 y 6-0), Jaume Munar (6-3, 6-3, 1-6, 2-6 y 6-3) y Ben Shelton (7-6 (4), 1-6, 6-7 (2), 6-3 y 6-4), sufre a un Djokovic ya con el colmillo por fuera. Después de semejantes palizas del francés, el cuerpo y Djokovic le han permitido apenas tres juegos en una hora y 44 minutos de partido. «Ganar Grand Slams, romper récords y estar en la cima del deporte es algo que siempre es un objetivo, sin duda», reitera y reitera el serbio, con hambre de más.
«Los dos primeros sets fueron algunos de los mejores que he jugado en mucho tiempo. Tenía muchas ganas de perder mi primer juego en el tercer set porque la tensión se estaba acumulando mucho en el estadio. Solo necesitaba quitarme eso de en medio para poder volver a concentrarme en lo que tenía que hacer para cerrar el partido. Con Adrian es una especie de juego de gato y ratón, tuve que soportar físicamente los peloteos largos y tratar de llevarlo por la pista, lo que hice, y creo que saqué muy bien. Sé que es duro, incluso para mí, pero he conseguido no pensar en ello», se expresaba Djokovic tras el encuentro.
Solo constan cinco partidos que se han ganado en un Grand Slam por 6-0, 6-0 y 6-0, y el serbio se ha quedado cerca. Ya son 58 cuartos de final en Australia, con los que empata con Roger Federer. «Siempre busco mi mejor rendimiento. Me esfuerzo cada día en que ocurra y cuando no pasa, me frustro. La llama sigue ardiendo. Creo que es lo que me ha permitido estar donde estoy, lograr las cosas que he logrado». Un aviso para Taylor Fritz, que se enfrenta en cuartos con el serbio. Llega con una buena victoria sobre Stefanos Tsitsipas (7-6 (3), 5-7, 6-3 y 6-3) y estrena ronda tan lejana en el Abierto de Australia. Nunca ha ganado a Djokovic, y mucho menos a este Djokovic intratable.
«No juego porque necesite dinero, puntos o cosas así. Quiero jugar. Disfruto de la competición. Esa es la motivación. Y es lo más importante que un deportista debe tener y cultivar. No creo que pueda salir a pista sin tensión y divertirme. No soy así. Soy un competidor feroz, como muchos otros. Ese es mi estilo. Pensaba que, quizás, me sentiría más relajado o con menos tensión, menos estrés en los entrenamientos y los partidos, pero no. Es como ha sido siempre: intensidad muy alta. Se pudo ver hoy [contra Mannarino]. Estaba 6-0, 2-0 arriba, gané un juego largo y tuve una discusión, una acalorada discusión con mi box».
Son 37 años, pero todavía una «llama viva» para seguir jugando al tenis. ¿Cómo dejarlo con esas condiciones que se ha trabajado y esa imbatibilidad que parece manejar de nuevo en este inicio de 2024?
«Mientras sea número 1 y esté en la cima del deporte, no me apetece dejar el tenis. Quiero seguir. Cuando sienta que no puedo competir al más alto nivel ni sea aspirante a ganar títulos de Grand Slam, entonces probablemente consideraré la retirada. Pero eso puede cambiar, claro. Quiero decir, pueden cambiar muchas cosas. No soy un adolescente. Soy padre y marido. Pasan muchas cosas fuera de la pista en mi vida privada, que disfruto, que requieren mi atención, mi presencia y mi energía. Separarme de la familia me duele cada vez más. Esa es la parte que más me está costando ahora. Intento equilibrar las cosas con mi horario de trabajo y el calendario que me conviene. Aun así me siento bendecido de estar donde estoy. Veremos hasta dónde se llega».
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