Alcaraz y el orgullo por una semifinal de aprendizaje: «No he caído en la misma piedra»

Todo en orden porque todavía no ha ganado nada y así se lo ha tomado el murciano: «Ha sido una gran victoria, pero no ha sido una final anticipada. El domingo va a ser otro partido durísimo da igual el rival. Son tenis diferentes, pero afronto la final como el de hoy». Se supera en cada torneo al que va porque aprende de los errores del pasado y se empeña en no cometer los mismos cada vez. Unas lecciones aprendidas y aprehendidas que son, sin duda, de lo que más orgulloso se siente. Y este partido de semifinales contra Sinner, hubo mucho que recordar y poner en práctica cambiando lo que ayer fue negativo en algo que fuera positivo.

Uno de esos recuerdos tuvo ya su final feliz aquella vez, pero lo ha mejorado en esta nueva oportunidad que ha tenido para enmendarlo: «He pensado en ese primer set de la semifinal de Indian Wells [que Sinner ganó por 6-1]. Me ha pasado por encima prácticamente por su nivel y yo no he jugado como tocaba. Cuando iba por debajo he pensado en aquel partido, y he empezado a pensar que tenía que cambiar algo, pero no he sentido que fuera a perder el partido ni mucho menos. Sino que si cambiaba mi táctica y subía mi nivel de exigencia física y tenística podía ganar, como en esas semifinales (1-6, 6-3 y 6-2)».

El segundo recuerdo llegó en el tercer set, y fue mucho más negativo: «Teníamos calambres los dos y teníamos que seguir luchando. Aprendí del partido de semifinales contra Djokovic del año pasado. En esos momentos tienen que estar calmado y continuar porque los calambres van a desaparecer», decía primero a pie de pista sobre aquella otra semifinal de 2023 en la que le pudo la presión del escenario, de una pista tan grande, de un rival como Novak Djokovic al otro lado de la red. Después amplió su respuesta ante la prensa española: «Los calambres no han sido tan serios como el año pasado. Soy más fuerte mentalmente, sé lidiar con estas situaciones, sabía que se irían si me mantenía ahí. Sé lo que tengo que hacer y lo he hecho. Sabía que había que estar ahí, acortar los puntos, sabía más qué hacer este año que el pasado».

Por eso, Alcaraz subraya la importancia de este triunfo que no solo es una final de Grand Slam, sino una victoria sobre sí mismo: «Ha sido un partido muy complicado, pero estoy muy contento de haberlo sacado adelante. De saber que de las situaciones que he vivido hasta el partido de hoy he aprendido de todas ellas. Cómo lidiar de los partidos que no he estado bien mentalmente y me pasaron factura. Lo he cambiado, he estado fuerte, positivo y no me he ido en ningún momento. Es un orgullo saber que no voy tropezando en la misma piedra».

Así que ahora, mira hacia arriba, que lo tiene cerca ese primer título de Roland Garros. «Sí, claro que sí que me imagino con el trofeo en las manos. Estamos a un pasito, pero es uno de los más complicados. Todas las finales lo son. Pero hay una frase que me repito de que las finales no se juegan, se ganan. Tengo la imagen de poder levantar el trofeo, pero es un largo recorrido porque será día largo y mañana también».