Mutua Madrid Open
Alcaraz, hoy como ayer, anula a Zverev en la Caja Mágica
En una reedición casi calcada de la final del año pasado, el español barre al alemán, que apenas compareció con algunos saques y multitud de errores, para alcanzar los cuartos de final (6-1 y 6-2)
Alcaraz, maestro de las dejadas: expertos y rivales analizan este golpe
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Iniciar sesiónCarlos Alcaraz ya está en cuartos de final del Mutua Madrid Open. Por éxito propio y demérito ajeno, su partido ante Alexander Zverev se convirtió en un paseo para el español. Un 6-1 y 6-2 en una hora y 22 minutos ... en el que mostró seguridad y concentración frente a un rival que no llegó a comparecer. Como en aquella final de 2022.
Mutua Madrid Open
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Se esperaba con ilusión este encuentro, una final anticipada porque ya lo fue el año pasado. En 2022, en aquella edición del Mutua Madrid Open en la que Carlos Alcaraz se fue convirtiendo ronda a ronda en la estrella que es hoy, terminó con una paliza tremenda del español sobre el alemán (6-3 y 6-1 en 62 minutos). Y hoy, todavía en octavos pero con la misma emoción previa que despertó el partido de hace 365 días, volvió a ser Alcaraz una apisonadora.
Ni siquiera necesitó el español ser el vendaval de 2022, le bastó con estar concentrado de inicio y encadenar buenos restos para romper al alemán, desaparecido en el primer set como en aquella final. Con turno de saque, el español ni sudaba. Servicios cercanos a los 220 kilómetros por hora y algún que otro liftado para desplazar al 16 del mundo y fin. Solo perdió dos puntos en sus turnos. Así estaba uno, así estaba el otro.
Los duelos de octavos del Mutua Madrid Open, uno a uno
Javier PalomoTenistas como Alcaraz, Tsitsipas o Medvedev se dan hoy cita en la Caja Mágica, con el objetivo de avanzar a cuartos de final
Zverev, que está ya casi donde estaba antes de la terrible lesión sufrida en las semifinales de Roland Garros del año pasado, pareció haberse quedado atrapado en el partido de 2022. Ese en el que incluso pidió disculpas al público porque no había sido capaz de hacer su juego. No cambió su versión en este 2023, incapaz de encadenar dos puntos seguidos, incapaz de asegurarse sus turnos de saque a pesar de los 200 kilómetros por hora. Porque en cuanto Alcaraz le daba juego, Zverev se enredaba. Error tras error. Algunos, sí, debido a la velocidad de pelota con la que impactaba Alcaraz, en esa genialidad que se saca del hombro, el codo, y el antebrazo; pero otros eran pura descoordinación y falta de fe. Tener a este Alcaraz al otro lado.
Incluso si el murciano realizaba una dejada no muy afortunada, a Zverev se le atragantaban, y mandaba por detrás de la línea de fondo por precipitación y ganas poco encauzadas. Incluso si solo ponía en juego su revés, a Zverev se le hacía un mundo devolverla dentro de la pista.
Mirada perdida el alemán en los intercambios, negando con la cabeza, derrotado por gestos, por actitud, por marcador. Alcaraz, que tampoco se esperaba este partido, se repetía «Vamos, vamos, vamos», mirando a su palco. Tan superior al final que se desmarcó con unos pequeños movimientos de hombros siguiendo el compás de la canción Torero. Eso sí, ya cuando sacaba para ganar, con 5-2, sin haber necesitado ninguno de sus trucos, sin haber puesto el acelerador. Solo conteniendo su superioridad porque así lo exigía este Zverev.
«Este resultado no es nada normal. Zverev tiene grandes golpes, lo normal hubiera sido un partido ajustado. Cuando está fino, te deja poco espacio. La derecha no es tan buena como el revés, pero es un gran golpe. Y su saque -más en Madrid, por la altura-. Es sólido y ves que no es su mejor partido cuando comete más errores de la cuenta», explicaba Alcaraz. Y mientras el alemán sumaba 22 errores, el español se limitó a doce. Y mientras el alemán realizaba nueve ganadores, el español llegaba a los 21. «Jugué mi mejor nivel, sin dejarlo hacer su juego. Estaba preparado para un partido reñido. He restado muy muy bien y así, ante un sacador como él, le quitas tiempo», analizó sobre sí mismo.
De un año a otro parecía como si no hubiera pasado el tiempo por la Caja Mágica, igual paliza en 2022 que en 2023. Pero no. «Por sensaciones puede ser, y por resultado, pero yo he crecido mucho como jugador y como persona en este año. Soy otro, más maduro, sabiendo qué hacer en la pista», apuntaba el murciano que, aunque no lo quiera admitir, pasea superioridad por estas pistas madrileñas después de superar el escollo mental del estreno con Emil Ruusuvuori. «No tengo la sensación de ser muy superior. Pero si estoy bien físicamente sé que mis rivales tienen dificultad para ganarme. No soy mejor que nadie, solo que deben jugar a un nivel muy alto cuando juegan contra mí». Sí sabe que todo pasa por él: «Sí, el rival más difícil de cada jugador es uno mismo. El parar esos caballos tú solo es lo más complicado. Si tienes algo negativo y empiezas en esa rueda, es lo peor que te puede pasar».
Mañana mide esa superioridad ante Karen Khachanov (26 años, 21 del mundo), que ha perdido las dos citas previas con el español, ambas en 2022: 6-1, 6-4 y 6-4 en octavos de Roland Garros, y 6-0 y 6-2 en cuartos de Hamburgo.
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