Alcaraz apura sus opciones ante Rublev

Es Rublev uno de esos jugadores que acorta los tiempos, los puntos y las jugadas. Le cuesta mantener puntos desde el fondo, pero porque posee una derecha descomunal que suele sentenciar los intercambios con presteza. No es fácil sacarlo de su zona de confort con ese golpe y también tiene saque para llevar el ataque desde el primer momento. No, no es nada fácil la empresa del español, que solo ha jugado una vez contra el ruso, y fue en una exhibición en Abu Dabi (6-2 y 6-1 para Rublev).

Con 26 años, el ruso suma 14 títulos, de los que destaca el Masters 1.000 de Montecarlo como máximo exponente de su presencia en la élite. Está creciendo con Daniil Medvedev como hermano mayor, y la presión, a veces, se vuelve contra él. Ayer, sin ir más lejos, en el duelo que protagonizaron ambos, se desequilibró de forma literal en una volea que no supo rematar y cayó al suelo, imposible llegar al siguiente golpe. Supuso el segundo break del partido, pero más allá de una caída sin importancia, ahí se quedó clavado, envuelto en la rabia y en la desesperación, incapaz de hacer mucho más.

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Pero más allá de Rublev, Alcaraz tiene un rival de los grandes en sí mismo. Acepta el murciano que no ha llegado bien, cansado emocionalmente, y sin la agilidad mental de principio de curso. Eso también se nota en la frescura de las piernas.

«Notamos que Carlos juega un poquito más lento. No tiene la misma confianza que ha tenido durante todo el año. Eso nos puede pasar a cualquiera. Incluso a Djokovic cuando era más joven. La duda es cuánto tardará en recuperarse. ¿En este torneo o el año que viene? Cuando perdió el segundo set, mostró la velocidad de sus golpes desde el fondo. Zverev golpeaba diez veces más rápido que Carlos. Eso sí es una sorpresa. Cuando vi el partido, se veía que al principio Carlos no estaba jugando a su mejor nivel, algo que no no me sorprendía. Pero luego se convirtió en una gran pelea y un gran partido. Eso no es una sorpresa«, reflexionaba Medvedev sobre la puesta en escena del español.

Él mismo admitía que estaba falto de consistencia: «He tirado demasiados puntos fuera a la primera. Eso Djokovic no lo hace. También tengo que mejorar el segundo servicio«. Deberes que estuvo practicando en la pista del Pala Alpitour rodeado de un centenar de aficionados que no se perdían ningún movimiento suyo. Tampoco lo harán en el partido de este miércoles, donde Alcaraz apura sus opciones de continuar en el torneo. Una victoria lo impulsaría, una derrota lo dejaría al borde de la eliminación, aferrado a una carambola de resultados que, en los últimos años, solo se ha visto en dos ocasiones: en 2006, David Nalbandian perdió dos partidos (contra Federer y Ljubicic) y terminó clasificándose para semifinales (perdió con Blake); y en 2016, Kei Nishikori perdió ante Wawrinka y Murray, pero llegó a enfrentarse en la penúltima ronda a Djokovic (que le ganó 6-1 y 6-1).