TENIS | AUSTRALIA
Doble exigencia para Nadal
El balear compite en el Open de Australia contra la hegemonía de Novak Djokovic desde las dudas y las molestias físicas
ENRIQUE YUNTA
En las Antípodas empieza todo, tan exigente el calendario que los tenistas afrontan desde ya una batalla sin tregua, en pie de guerra el circuito porque hay tambores de huelga si la situación no se arregla de una vez por todas . Aprietan las ... fechas en este año olímpico y Australia no da tregua porque arranca este lunes el primer grande del año sin que haya solución para las mil incógnitas que alteran al personal. ¿Será capaz Novak Djokovic de repeitr la hazaña de 2011? ¿Volverá Rafa Nadal a lo más alto después de un curso mordiendo en plata? ¿Ganará Federer otro grande? ¿Hay alguien más capaz de ganar un torneo importante? El Rod Laver Arena toma la palabra.
En el calor australiano, pleno verano sin que la crema pueda competir con la crudeza del sol, trabajan desde hace días los principales candidatos al éxito. Está Novak Djokovic, esplendoroso desde la poltrona , número uno por méritos propios después de un curso de matrícula. Está Rafael Nadal, a vueltas con el hombro y sus dudas, convencido de que debe dar un paso al frente si quiere competir con el serbio. Está Roger Federer, apagado en ese arranque de temporada después de que arrollara en el cierre de la anterior. Y está el resto, siempre a la sombra, esperando un rebote que no llega porque los grandes son para los mejores. Australia tiene candidatos muy claros.
Novak Djokovic, la leyenda. La primera raqueta del mundo acabó el año asfixiado , apenas sin frescura porque el derroche mental fue incalculable. Ganó todo cuanto quiso, capaz de derrotar en seis finales a Rafa Nadal (Indian Wells, Miami, Roma, Madrid, Wimbledon y US Open) y dueño de tres de los cuatro grandes. Se habló de su dieta, de sus confesiones en el diván, de su salto hacia el Everest. Mil artículos buscando sentido a la eclosión de un tenista que de por sí atesoraba un juego exquisito y al que únicamente le frenaba la ansiedad y el coco. Ahora, Novak Djokovic es el mejor, el rival a batir, el tenista que domina sin discusión y que llega a Australia sin competir oficialmente. Le bastó con una exhibición navideña para demostrar que está en efervescencia (arrolló a Federer y a Ferrer en Abu Dabi) y únicamente se le cuestiona desde el cuadro, pues le ha tocado una parte complicada con Raonic como posible cruce en octavos y con Ferrer en cuartos (debuta con Lorenzi). "Física y mentalmente estoy en lo más alto. Puedo jugar igual de bien en cualquier superficie, como demostré en 2011 . En eso es en lo que estoy pensando. En eso estoy concentrado", señala el serbio, maduro y sensato en su reflexión. "Los últimos años me dieron la experiencia que necesitaba, aprendí lo que hay que hacer en la pista y fuera. Maduré. Ahora me siento de una forma distinta cuando entro en la pista, y cuando preparo un grande. Creo más en mí mismo cuando salgo ahí fuera". El secreto está en la fe, dice el protagonista.
Rafael Nadal, las dudas. A Nadal se le exige siempre porque él mismo ha creado el mito de atleta invencible , un tenista con mil vidas que se sobrepone a cualquier adversidad. Se planta en Melbourne entre mil interrogantes, pero está prohibido dudar del balear, al acecho de Djokovic y con el orgullo ligeramente tocado por cómo se desarrolló 2011. Ganó Roland Garros y también conquistó Montecarlo y Roma, pero tiró al palo en siete finales y alimentó el debate con derrotas inesperadas. Entre el cambio de raqueta (más peso para darle más potencia) y el hombro, castigado en pretemporada por el exceso de trabajo, Nadal se planta en Australia con menos opciones que otras veces, pero sigue presente en las apuestas. Ha ganado una vez este grande y le favorece el sorteo ya de entrada (estreno con Kuznetsov, de la previa), aunque no garantiza nada ya que lleva desde 2010 sin ganar en pista rápida y en Doha bailó entre luces y sombras. Nadal, sin embargo, es un titán que nunca se rinde. "Creo que podré competir al máximo, daré lo mejor de mí", promete .
Roger Federer, eterno debate. ¿Hasta cuándo Roger Federer?, se pregunta la gente del tenis. Federer tiene el problema de que no le basta con ganar torneos menores , está destinado a los grandes porque así ha alimentado su leyenda, 16 títulos para endiosar a un tenista irrepetible. Acabó el ejercicio 2011 como un huracán, dueño de Basilea, París-Bercy y la Copa de Maestros de Londres, pero en Abu Dabi y en Doha dio una imagen cuestionable, muy lejos de su mejor estado físico. De hecho, en el torneo de Qatar se retiró antes de disputar las semifinales porque su espalda no aguantaba, segundo abandono en una carrera inmaculada. "He podido entrenarme por primera vez al 100%, así que siento que todo ha vuelto a la normalidad", dijo ayer el suizo, que va por la parte del cuadro de Nadal después de evitarse desde Roland Garros 2005 hasta la final con el balear. Cosas del nuevo orden del tenis. Alexander Kudryavtsev será su primer oponente. Federer es víctima de su pasado exquisito.
Andy Murray, el líder de los otros. Y por detrás asoma el pelotón con Andy Murray como eterno candidato a una gloria que le da la espalda a Gran Bretaña, que suspira por un título de verdad desde que en 1936 Fred Perry le diera valor a la marca textil que es hoy en día ese nombre. El escocés suele hacerlo bien en Australia, pero le persigue la maldición de las finales. Perdió el año pasado precisamente con Djokovic y se ha vestido de gala para la ocasión de la mano de Ivan Lendl. Estrena técnico en una decisión que tiene seguramente un toque más comercial que deportivo, pero Murray parece serio y dispuesto a luchar por su primera corona. Le persigue David Ferrer, el quinto del mundo y que llega después de arrollar en Auckland otra vez, tenista cuyo amor propio llega hasta el infinito y que está compitiendo como nunca. Y luego va Tsonga , en un gran momento de forma, y otros nombres consagrados en torneos menores como Berdych, Del Potro, Monfils o Almagro, el tercer español entre los diez mejores del escalafón. Entre los aspirantes a revelación, Milos Raonic, canadiense de saque supersónico.
Empieza ya la próxima madrugada el torneo y lo hace con catorce tenistas españoles en el cuadro masculino, primer asalto en un año olímpico con plazas para Londres en Juegos. Álex Corretja, capitán que estrena cargo, toma nota desde la grada.
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