Tenis
Nadal, una lesión crónica que estuvo a punto de retirarle en 2005
El balear, dolorido por la lesión en el pie que arrastra desde 2005, renuncia al US Open y no volverá hasta 2022
Rafa Nadal anunció ayer el fin a su calvario en este 2021 que es ya la temporada más aciaga de su carrera. Renuncia a competir más por culpa del dolor en el pie izquierdo, problema crónico en el escafoides que espera dejar atrás con ... este descanso prolongado para intentar volver más fuerte en 2022. Lo deja Nadal con solo dos títulos –Barcelona y Roma–, con apenas 29 encuentros disputados (nunca había jugado menos en un año natural) y sin ningún Grand Slam en su zurrón por primera vez desde 2016, aunque entonces, al menos, pudo lucir el oro olímpico conquistado en Río de Janeiro junto a Marc López en dobles.
En cualquier caso, no pilló por sorpresa la decisión del balear, anunciada a media mañana con un vídeo en sus redes sociales. «Desgraciadamente, tengo que poner fin a la temporada 2021. Llevo un año sufriendo mucho más de lo que debería con mi pie y necesito tomarme un tiempo», reconocía ayer el español, que llevaba meses deslizando la dificultad para competir, superado con creces el umbral del dolor al que está acostumbrado. Ya en París, en la semifinal que perdió ante Djokovic, dejó entrever que el pie le había impedido jugar con normalidad –«tengo el escafoides chafado por la mitad, se va inflamando y duele. Hoy ya era insoportable y por eso pedí otro vendaje», explicaba entonces– y poco después renunciaba a Wimbledon y a los Juegos por el mismo motivo. Ausencias dolorosas por lo que significan para él ambas citas, aunque necesarias para intentar aterrizar en condiciones al último tramo de temporada. Lo ha intentado el balear, que llegó a disputar incluso un partido en Washington hace dos semanas , aunque no pudo continuar en el torneo. «Para mí lo más importante es disfrutar del tenis y con este dolor no se puede disfrutar», explicaba él mismo antes de renunciar a los Masters 1.000 de Toronto y Cincinnati .
Era la antesala de su adiós completo a la temporada. Ausencia que ha confirmado tras ser examinado por el doctor Ruiz-Cotorro y previa consulta con su equipo y su familia. «Creo que es el camino a seguir para intentar recuperarme y recuperarme bien. Es un año en el que me he perdido cosas que me importan mucho, como Wimbledon o las olimpiadas, pero, en vista de que durante este último año no he tenido la capacidad de poder entrenar y competir de la manera que realmente me gusta hacerlo , pues al final he llegado a la conclusión de que lo que necesito es un tiempo para recuperarme», explicaba ayer Nadal en el vídeo, en el que se le veía serio por tener que bajar tan pronto el telón a este 2021. Aún tenía objetivos por delante tan apetecibles como el US Open, el Masters 1.000 de París-Bercy –uno de los tres que no ha ganado nunca– o la Copa de Maestros.
Una lesión crónica
La dolencia que ha obligado a parar a Nadal no es nueva. Comenzó a sufrirla en 2005, poco después de ganar su primer Roland Garros, y ya entonces estuvo a punto de acabar con su carrera. De hecho, hubo médicos que le dijeron que no podría jugar más , aunque el español aprendió a convivir con ese dolor y a mitigarlo con diferentes tratamientos que le permitieron convertirse en una leyenda del tenis.
Empezó a utilizar unas zapatillas hechas a medida con unas plantillas especiales que reducían el impacto en el escafoides de su pie izquierdo, también conocido como hueso navicular, aunque le provocaban daños en otras articulaciones. Las rodillas fueron las que más sufrieron con el cambio, aunque no le impidieron alcanzar el éxito en 88 torneos y en 20 Grand Slam . Alegrías que se ven interrumpidas ahora a la espera de que se abra un horizonte más halagüeño para él.
Porque la idea de Nadal, como él mismo reconocía ayer en su comunicado, es mirar con optimismo a 2022. A sus 35 años, entiende que aún le queda algo de tiempo en el mundo del tenis, aunque quiere que sea de calidad. Jugar centrado en la pelota y el rival y no en los achaques físicos. « Prometo que voy a trabajar fuerte para intentar seguir disfrutando de este deporte durante un tiempo más . Estoy con la máxima ilusión y predisposición para hacer lo que haga falta para seguir compitiendo por las cosas que realmente me motivan. Estoy convencido de que con la recuperación del pie y con un esfuerzo diario muy importante, esto se puede conseguir. Voy a trabajar para que así sea», explicaba el balear.
Su idea es ahora recluirse en Mallorca y darle aire al cuerpo y a la mente unos días antes de empezar con esa recuperación. Con cuatro meses por delante para llegar en forma a la siguiente temporada , Nadal tiene tiempo más que suficiente para poder cumplir con el objetivo. Además, no es la primera vez que le ocurre algo parecido y siempre ha cumplido con su palabra. Por eso, no se puede dudar de él, acostumbrado a sufrir con las lesiones y a volver por la puerta grande. Lo hizo después de los problemas en el tendón rotuliano de 2012 y 2013 que le tuvieron siete meses parado. También tras un 2015 aciago y tras un 2018 plagado de dolencias. Experiencia que le sirve ahora para afrontar estos meses con calma y esperanza.
Con este parón obligado, Nadal pone fin a dos temporadas muy difíciles para él marcadas por la pandemia y las lesiones . Han sido dos años en los que solo ha ganado cuatro títulos –dos veces el Godó, un Masters 1.000 en Roma y el Roland Garros de 2020– y en los que nunca ha terminado de encontrarse cómodo en la pista. Sensación de alegría y disfrute que espera recuperar con esta tregua que será la segunda más larga de toda su carrera.