Hasta los mejores, a veces, tienen despistes tontos. Como el que sufrió Novak Djokovic contra Gilles Muller en la segunda ronda de Roland Garros. El serbio sacó perfecto, el luxemburgués restó demasiado largo y así lo vio el número 1 del mundo. Pero por la ... precipitación o porque pensó que ya había botado la pelota en el suelo, Djokovic levantó la raqueta antes de tiempo y la bola impactó en ella. [ Vea aquí el vídeo ]
Su cara reflejó claramente que había sido el punto más tonto que había perdido. Por fortuna para él, la victoria al final fue suya.
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