Roland Garros

Suárez y Muguruza se despiden en cuartos

La hispanovenezolana arrebata un set a Sharapova, pero la rusa vence por experiencia (1-6, 7-5 y 6-1), y Suárez no aprovecha sus opciones ante Bouchard (6-7 (4), 6-2 y 5-7)

Suárez y Muguruza se despiden en cuartos

Laura marta

Cuatro Grand Slams fueron demasiado para el sueño en construcción de Garbiñe Muguruza. La hispanovenezolana siguió volando hasta las estrellas de la semifinal después de un Roland Garros impecable pero Maria Sharapova hizo de lo que es, una estrella en el firmamento WTA y termina ... devorando las alas de Muguruza , que se despide de Roland Garros en cuartos por 1-6, 7-5 y 6-1.

La pista central susurra. Un murmullo recorre sus gradas. Apenas han pasado diez minutos de partido y Maria Sharapova saca con cuatro juegos en contra. Un lastre inusual que intenta revertir con su servicio. Le hizo efecto para evitar la masacre, pero cayó en la misma piedra de hilar dos dobles faltas en el inicio de su recuperación y la rusa cedió el primer set por 6-1 en 27 minutos.

Los rumores crecen y los ánimos desde la grada se multiplican. En el silencio antes de comenzar el segundo servicio, un grito, con tintes franceses: "C'mon, Gagbin". Tímidos aplausos lo secundan porque Garbiñe Muguruza ha ido ganando adeptos en cada ronda de este magnífico Roland Garros que se está trabajando. Es la tenista hispanovenezolana la que pone contra las cuerdas a la rusa, desesperada en dobles faltas y en huecos que le ayudan en cualquier partido, menos en el del pase a las semifinales. Una tenista casi igual de alta que ella y jugando con sus mismas armas ofensivas le levanta un muro del que tarda un set y dos juegos en minar.

Grita Sharapova y la Chatrier acompaña. Necesita fuerzas para encontrarse y dos dobles faltas seguidas de Muguruza le dibujan el camino. A la hispanovenezolana, de repente, se le pinchó la burbuja en la que vive desde que dio la campanada ante Serena Williams y se dio cuenta de lo que estaba pasando a su alrededor. De nuevo en la pista central de París, donde tan pequeña se veía, estaba doblegando a otra estrella, y con la misma contundencia que contra la estadounidense. Dos dobles faltas consecutivas le hacen gritar hacia su palco: "No me va la raqueta". Los nervios no ayudaron a recuperar el buen tenis con el que acorraló a la rusa en la primera manga, pero es que la número 8 del mundo, ganadora de cuatro grandes, hizo de tal.

Alentada por sus propios ánimos, Sharapova se recuperó de perder su break de ventaja para repetirlo en el momento más duro, con 5-5 en el marcador, a solo un paso de la muerte súbita, donde Muguruza esperaba tener una oportunidad para cerrar el partido. Nunca llegó a pasar. El tercer set sería definitivo. Y lo fue para Sharapova porque supo templar mejor los nervios. Más experiencia en sus manos y en su cabeza, más trabajada su templanza, la rusa fue un torbellino para Muguruza , que vio hacerse añicos el sueño de su priemra semifinal en un grande. Nada pudo hacer y se despide de Roland Garros con un brillante paso, estilizado y consciente de que puede.

"Fue uno de los juegos más importantes en el tercer set. Más confianza y la clave del partido para mí. Extra motivación de volver aquí y hacerlo bien con solo dos partidos de distancia del título y daré lo máximo", explicó Sharapova, feliz con el reencuentro en una semifinal en Roland Garros.

Carla Suárez se frena en su límite

Empezaron a la vez su camino hacia la historia. Las dos de la tarde en un París que ha recuperado su postal gris y sus nubes amenazando la lluvia. Ambas iniciaron la senda con los mismos pasos, muy seguras y con una amplia ventaja sobre su rival. Mientras Garbiñe Muguruza acorralaba a Maria Sharapova en un 6-1 increíble, Carla Suárez estaba haciendo lo propio con 5-2 y saque. Hasta la desconexión total. La canaria, con otros cuartos de final ya en la mochila, se mostraba imperial ante la canadiense Eugenie Bouchard, pero algo cruzó su mente y comenzó la cuesta abajo. Nada salía, ni su revés mágico ni su saque ni sus derechas. Bouchard aprovechó el bajón para imponer su fuerza, esa que la impulsa a ser la nueva estrella del tenis femenino.

Aprende rápido en esta Roland Garros y en unos cuartos en los que comprendió que todo pasa por golpear ajustado y mover a Suárez , desconocida en su propio tenis. Así logró tres juegos consecutivos y se llevó la muerte súbita. Mazazo tremendo para la canaria que, sin embargo, supo dejárselo en la toalla porque regresó a la partida en el segundo parcial.

Fue otra, o la misma que había iniciado el partido, y utilizó entonces sus reveses para desarbolar los ataques de la estrella en ciernes. Remando contra aguas bravas, la canaria regresó a la senda del triunfo con un segundo set impecable que presagiaba una española en semifinales. Lo certificó en el inicio del tercero con un rápido 4-1 que alentaba al personal de la Suzanne Lenglen. Sin embargo, no le duró. De nuevo cuando menos lo necesitaba, un nuevo apagón mental y tenístico que ya no pudo revertir porque cedió a la quinta bola de break y ya no tuvo gasolina para ir a contracorriente al resto. Dos sueños que ilusionan, pero se esfuman a la vez. París se queda sin españolas.

Suárez y Muguruza se despiden en cuartos

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