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Nadal, la tierra como consuelo

El español busca en la arcilla soluciones y respuestas después de la dolorosa derrota contra Djokovic en Miami

Nadal, la tierra como consuelo afp

E. yunta

Como consuelo, Rafael Nadal se ilusiona pensando en la tierra, paraíso que le exige más que nunca por los méritos del pasado. De aquí en adelante, y hasta que termine Roland Garros el próximo 8 de junio, el número uno del mundo defiende 5.100 ... puntos en cinco torneos, una barbaridad que evidencia su hegemonía en esta superficie.

Sin embargo, Nadal piensa desde ya en cómo solucionar los problemas y las dudas que le generó Novak Djokovic en la final del Masters 1.000 de Miami , insultantemente superior desde el principio y campeón con una autoridad asombrosa que hizo recordar esa tortuosa etapa de 2011. Es la tercera derrota consecutiva contra su íntimo enemigo, justificada esta vez por varios motivos.

Falta de ritmo

El líder de la ATP asumió abiertamente que se encontró sin chispa y mermado el frondoso paisaje de Crandon Park, limitado de piernas y apagado contra Djokovic con todo lo que ello implica. Se ahorró las semifinales contra Tomas Berdych porque el checo estaba indispuesto y parece que ese parón incluso le perjudicó.

Anteriormente, superó sin esfuerzos a Hewitt, Istomin y Fognini y tuvo que remontar en cuartos contra Raonic, pero nunca necesitó demasiado fondo físico. «No me moví tan bien como me suelo mover. Siento que él estaba teniendo demasiado éxito con cada golpe», reconoció. Además, llegaba con poco ritmo de competición después de su prematura despedida de Indian Wells, pero esta vez no se ha hablado de los problemas de espalda que tanto le limitaron.

Un saque indolente

A Nadal le falló el servicio en la final, muy pobres sus porcentajes y más si se producen ante un restador del tamaño de Djokovic. Nadal siempre tuvo problemas para cerrar el saque y lo entregó en tres ocasiones. Mientras, él no logró ni un solo break a favor y de hecho sólo tuvo una pelota para romper al serbio en el juego inicial. No la aprovechó y se le escapó el único tren que vio pasar por la pista azul de Florida.

Las dudas del cemento

Dice el ganador de trece grandes que se va de Estados Unidos contento y que firmaba, a ciegas, alcanzar la final en Miami después del tortazo de Indian Wells, superado en tercera ronda por Alexandr Dolgopolov. Sin embargo, Nadal no ha tenido la misma continuidad que siempre exhibe en la tierra batida y eso le convierte en un tenista un poco más vulnerable. Y eso que en lo que va de curso tiene un título en pista dura (Doha) y dos finales de peso como las del Abierto de Australia y la de Miami. Ahora afronta su temporada preferida, y también la más dura, en la tierra europea.

Más fallos que de costumbre

Sorprenden las estadísticas porque revelan que Nadal cometió veinte errores no forzados en su pulso contra Djokovic. Es comprensible que pierda contra el balcánico porque es un competidor enorme, un rival que ya le ha derrotado hasta en 18 ocasiones, pero sí llama la atención que el zurdo fallara tanto. Sus golpes carecían de mordiente y entró de pleno en la trampa que le tendió Djokovic, que alteró su estilo para llevar el encuentro a un escenario desconocido para Nadal. Además de brillar con ese descomunal revés a dos manos, propuso muchas novedades a tener en cuenta para el futuro.

La fobia de Djokovic

En la rivalidad más repetida de la historia del tenis siempre hay tendencias y parece que ahora manda Djokovic, superlativo en los tres últimos cara a cara. Son cuarenta tardes juntos y puede que la de Miami sea una de las más desniveladas. Pero ya en las finales de Pekín y la Copa de Maestros de Londres, ambas en la campaña anterior, el número dos del mundo venció con claridad y sin ceder un solo set.

Cuando Djokovic le ganó siete veces de forma consecutiva, Nadal y su entorno aceptaron que tantas derrotas pesaban demasiado a todos los niveles, especialmente en el psicológico. Ahora no quiere darle demasiadas vueltas, pero en Montecarlo puede volver a cruzarse con su perseguidor como en 2013. Un resultado adverso en el lujoso Country Club podría hacerle mucho daño. Y Djokovic ya ha avisado que su objetivo vuelve a ser Roland Garros, el grande que le falta para cerrar el círculo. La primavera se presenta preciosa.

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