roland garros | entrevista
Tommy Robredo: «Si de algo soy un ejemplo, es de tozudez»
Después de tres remontadas con dos sets en contra, el catalán, que hace un año era el 471 del mundo, desafía a Ferrer en cuartos
Tommy Robredo: «Si de algo soy un ejemplo, es de tozudez»
Tommy Robredo es el hombre en París, el otro español que se cuela donde nadie podía imaginar. Está en cuartos de final y hoy se mide a David Ferrer en el segundo turno de la Suzanne Lenglen (sobre las 15.30 h, C+D), ... un desafío mayúsculo para las piernas más castigadas del torneo. Lleva 12 horas y cuarto en pista y tiene un récord del que presumir , pues es el primer tenis ta de la Era Open en remontar tres partidos seguidos con dos sets en contra. Sijsling, Monfils y Almagro fueron devorados por el orgullo de un tenista eterno que, a sus 31 años, disfruta del tenis como nunca. Hace un año era el 471 del mundo y jugaba un challenger en Caltanissetta, Italia. Hoy puede lograr un billete para las semifinales de un Grand Slam.
—¿Cuánto le pesan las piernas?
—De momento le digo que estoy bastante bien, la verdad. Hoy [por ayer] me he entrenado durante una hora, luego he tenido masaje y ahora ya sólo queda concentrarse para el partido contra David Ferrer. La ilusión puede más que el cansancio, eso seguro.
—¿Pero no se siente agotado después de tres partidos así?
—Es que quizá en los entrenamientos también hubiera hecho las mismas horas, lo que pasa es que se ha dado la circunstancia de que he remontado dos sets en contra en tres partidos seguidos. No hay tiempo para pensar en el cansancio, ahora no. Te olvidas y saltas a la pista a competir, que hay demasiado en juego.
—¿Le permite su cabeza olvidarse de lo que ha hecho hasta ahora?
—Tengo claro que lo que me está pasando no lo olvidaré en la vida, pero aquí de lo que se trata es de ganar. Y a un tenista como Ferrer no le puedo ganar pensando en que he logrado remontar tres partidos y que tengo un récord que hacia no sé cuánto que no se lograba [Cochet en 1927, en Wimbledon]. Tendré tiempo para analizar lo que supone este Roland Garros en mi carrera, pero ahora quiero dar un paso más, quiero ganar el próximo partido como sea.
—¿Recuerda dónde estaba hace un año?
—Sí, sí, lo tengo muy claro.
—¿Y?
—Y estaba en Caltanissetta, volvía después de mucho tiempo fuera. Recuerdo ese cosquilleo. Jugaba contra alguien a quien ni conocía y ahora, un año después, siento también un cosquilleo, pero es del todo diferente. El de antes era por miedo, por saber cómo iba a reaccionar, por volver a jugar. El de hoy es por ilusión. Pasé un momento muy malo, pero de esas cosas se aprende mucho.
—En 2006 llegó a ser cinco del mundo y hace un año era el 471. ¿Cómo se lleva?
—Es lo que hay. Era el 471, pero sabía que no era así, que caí por culpa de la lesión. Tenía que empezar por esos torneos para recuperar el nivel y lo cogí bastante rápido. Luego fuimos a más y ya nos acercamos a nuestro sitio real.
—¿En qué ha cambiado?
—De momento en nada. Bueno, lo único es que tengo una cicatriz (fue operado). Y sí que es verdad que tengo algo más de ilusión porque te das cuenta de lo que has sufrido.
—¿Lucha más ahora?
—Lucho mucho más porque valoro de dónde vengo. De todos modos, siempre he sido un luchador, yo siempre he sido de pelea. Pero cuando uno pasa tanto tiempo fuera, tienes más ganas.
—¿Cómo lleva ser el hombre del día?
—Me hace mucha ilusión que la gente esté disfrutando conmigo, pero lo que más ilusión me hace a mí es estar luchando por lo que quiero. Salir en las portadas llena mucho, pero no corro más para ser noticia, corro para seguir ganando.
—En París manda la vieja guardia con treintañeros en las rondas finales. ¿Siente que es un ejemplo?
—No sé qué pensarán los jóvenes, pero sí puedo ser un ejemplo como trabajador, eso sí. Si se me mete algo en la cabeza, voy a por ello a muerte y así ha sido toda mi vida. Si de algo soy ejemplo es de tozudez, mucho. Puedo estar diez horas entrenándome, jugando o haciendo algo para conseguir mi objetivo. Y es mi obligación, pero además lo hago encantado porque esto es lo que me gusta.
—¿Se le pregunta demasiado por el Robredo de antes?
—Es que el de antes no voy a serlo jamás porque ya no tengo esa edad. Ahora tengo 31 años y soy mejor jugador. Tengo más mundo, más partidos y más tenis. Sé más de tenis que cuando era número cinco. ¿Que si volveré a ser cinco? No lo sé, pero sí intentaré dar el máximo y cuando uno hace todo lo que está en sus manos no se puede exigir más.
—Después del maratón, Ferrer no debe de ser lo más cómodo...
—¿Y quién lo es en cuartos de París? Todos son muy buenos y me ha tocado Ferrer, que es un enorme jugador. Pero que la gente sepa que correré hasta la última bola, eso seguro.
Noticias relacionadas
Ver comentarios