¿Qué pasó con... Rebeca Sires?

¿Qué es de Rebeca Sires en la actualidad?

La Rebeca Sires actual es mamá. Me entreno por pasión, por hobby, por mantenerme. He trabajado mucho después de retirarme de la halterofilia, pero ahora mismo ya no.

¿Cuántos hijos tiene?

Dos. El mayor, Aarón Vallejo, está siguiendo mis pasos con grandes resultados. En 2020 fue campeón de España sub-15 y sub-17 en su categoría.

¿Por qué se retiró?

Por una lesión en la espalda de la que no me recuperé. Y, además, por algo que ahora sí sé: lo que yo tenía era una gran depresión a cuenta de esa lesión, que me impedía entrenar. Y por eso, cuando me lesioné en 2005, desconecté totalmente de todo. Luego, a toro pasado, hablando con compañeras, te das cuenta de que hay otros deportistas que han pasado por lo mismo. Porque al principio sientes hasta vergüenza y todo de hablar de ese sentimiento y ese malestar. Quería perderme del mundo en esos momentos porque veía que no funcionaba ningún tratamiento para la lesión y caí en esa depresión que me duró tres años al menos.

¿Y no se la trató profesionalmente?

No me la traté. Me di cuenta después por lo que había pasado, cuando contacté de nuevo con mis amistades del equipo nacional. Yo no quería retirarme realmente. Estaba en mi mejor momento, pero me lesioné y no me recuperaba. Me dio un arrebato y dije que no me entrenaba más. Cogí una depresión. Partí el teléfono y no quería saber nada de la Federación ni que nadie me hablara de halterofilia. Me borré del mapa y tampoco tenía amistades cerca que me pudieran ayudar. Me faltaron apoyos, aunque estaba mi padre ahí, mi mayor fan, el que siempre me ha apoyado.

Antes de eso, usted coleccionaba medallas.

Sí, sí, siempre, desde muy jovencita. En mi carrera nunca me quedé estancada. Iba mejorando aunque fuera cumpliendo años. Yo he cumplido mi sueño de niña: ser deportista de élite, triunfar, dedicarme a esto. Los años más felices han sido la mitad mi vida y me ha encantado disfrutarlos. Y me encanta que mi hijo siga nuestros pasos.

¿Sufrió machismo en la halterofilia?

En nuestro deporte, no. Del resto de los deportes hacia el nuestro, sí. Nos trataban mal al inicio con comentarios despectivos. Cuando yo empecé no había ni barra femenina. No éramos olímpicas.

Dijo en 2009, en una entrevista con ABC, que cambiaba la Medalla de Sevilla por un trabajo.

Imagínese cómo estaba... Cuando uno deja el deporte de élite hay gente con tu edad que lleva ya diez años trabajando. Y tú estás fuera de onda. Mi mundo era otro mundo. Y entras en otro que no conoces, que no manejas, del que no sabes nada. Estaba totalmente destrozada, la verdad.

¿Qué consejos le da a su hijo?

Aarón es el mejor hijo que una pueda tener. Es un amor, un niño tan bueno... Ha vivido el deporte desde chico. Le digo que hay que entrenar, esforzarse, que las cosas no son gratis, que si pierde no pasa nada. Yo lo voy a apoyar porque lo que está viviendo lo he vivido de primera mano y más o menos le digo aquello que a mí me hubiera gustado escuchar cuando me sentía débil. Está metido de lleno en este mundo y le va superbien.