La segunda vida de Núria Castán, sepultada diez minutos bajo un alud de 250 metros

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J. A. P.

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Castán quedó completamente enterrada bajo la nieve boca abajo, incapaz de moverse, pero tuvo suerte. La cercanía de la salida de la competición hizo que las labores de rescate comenzaran de inmediato. Después de diez minutos de pánico conseguían sacarla a la superficie. Después, fue evacuada en helicóptero hasta un hospital, donde se comprobó que solo presentaba heridas leves.

«Resulta difícil de creer todo lo sucedido y que físicamente solo haya resultado con un golpe en el codo, dolor muscular y dos dedos congelados, debido a que perdí los guantes durante lo ocurrido», analizaba la española, ya fuera de peligro, en un comunicado enviado por su equipo de prensa. Su compañera, pese a no quedar enterrada, sí que sufrió lesiones físicas algo más graves.

«Gracias al equipo de seguridad y, sobre todo, a las riders que estaban alrededor que actuaron rápido y de forma muy eficaz que pudieron rescatarme a tiempo. Esta desagradable experiencia siempre ha sido uno de mis mayores miedos, y finalmente se he convertido en realidad, no se lo deseo a nadie y espero que no vuelva a pasar. Toca procesar todo y apreciar esta suerte de tener una segunda vida, de volver a nacer».

Tras el alud, la competición en Verbier, prueba que ponía fin a la temporada, fue suspendida, aunque se reanudó ayer en Nendaz. Castán, sin embargo, decidió no competir al encontrarse aún en shock por lo sucedido.