Rodrigo Corrales: «París puede ser nuestra última misión, pero hay futuro»

-¿Cómo se sintió tras hacer la primera parada ante Baréin?

-Para mí fue muy importante, muy guay. Llevo muchos años viniendo a la selección y cuando estás en un grupo tan sano, que compite tan bien, con gente que son tus amigos, siempre es emotivo volver. Además, tras no haber estado en el Europeo, defender la camiseta en una competición que nos puede permitir ir a los Juegos de París, te hace sentir fantástico. El equipo ha estado de diez y nos hemos contagiado los unos a los otros.

-¿La prematura eliminación del Europeo supuso una lección?

-Yo no estuve presente, pero hablaba todos los días con ellos y, desde luego, había ganas de utilizar la derrota para ser mejores. Si mezclas eso con un Preolímpico en casa y con la posibilidad de ir a unos Juegos, el resultado es el que se puede ver por televisión. Queríamos demostrar que se puede seguir contando con este equipo, queríamos demostrar que todavía le podemos ganar a cualquiera.

-Entonces, tenían claro que solo fue un bache.

-Considero que el balonmano está cada vez más igualado. En el Europeo nos quedamos fuera por un solo gol ante Austria. Y aquí, en Granollers, Baréin casi gana a Brasil y Brasil casi gana a Eslovenia. Tras el Europeo nos quedó una mala sensación, pero tenemos claro que competimos hasta el final.

-¿Y qué ha significado reencontrarse en la portería con Gonzalo Pérez de Vargas?

-Tenemos una relación muy cercana en lo personal. Rotamos durante las concentraciones, nos hacemos competencia y nos damos seguridad el uno al otro. Además, somos los dos de la misma edad, 33 años, y coincidimos en la cantera del Barcelona. Ambos queremos superarnos y eso nos hace sentirnos seguros. La ambición del deportista es competir y jugar, pero también es tener respeto a los compañeros. También nos motiva que cualquiera de los dos podemos tener un momento decisivo en cualquier partido, sin importar quién esté jugando más ese día. Creo que nos complementamos bien, nos hacemos la competencia pero sin compararnos luego.

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-¿Los Juegos de París pueden ser la última parada de su brillante generación?

-Veremos. Por el camino tenemos la clasificación para el Mundial, pero sí, es posible. Hemos sido un grupo que ha explotado sus recursos como ningún otro. Ves a Gedeón (Guardiola) y a Viran (Morros), que tienen 40 años, pero están hechos unos animales, con la misma ilusión que en su primera convocatoria. También me gustaría resaltar a los que vienen desde abajo, los más jóvenes. Creo que Jordi (Ribera) va a tener mucho material para el futuro. Puede que sea nuestra última misión, pero al balonmano español le queda muchas alegrías por dar. Y en cuanto a nosotros, estaremos hasta que podamos, pero nunca seremos sospechosos de no darlo todo en la pista. Así somos, tanto para lo bueno como para lo malo.

-Su compañero Guardiola decidió el mes pasado volver a la liga española para reencontrarse como jugador. ¿Usted vive a gusto en Hungría?

-Es mi cuarto año allí y tenemos un proyecto fantástico. La temporada pasada ganamos liga y copa y esta aspiramos a hacer algo importante en Europa. De hecho, ya hemos vencido al Barcelona en su casa. Además, es una gozada ver la importancia que tiene el balonmano en el país. Mueve mucha gente, los medios aprecian al deporte una barbaridad... Hasta el momento estoy muy contento, se ha pasado volando el tiempo.

-Usted tiene un monolito en su honor en Cangas, algo poco habitual.

-(Risas). Sí, se hicieron cuatro diferentes para los cuatro deportistas de allí que ganamos medalla en los últimos Juegos, pero todavía no le han encontrado sitio. Estoy muy agradecido y espero que la próxima vez que hablemos ya lo hayamos estrenado.