Vinicius, el cicerone de Mbappé en el Madrid

48 horas después del anuncio oficial del fichaje del galo por el Real Madrid, la gran mayoría de jugadores de la plantilla han expresado públicamente, en sus respectivas redes sociales, su felicidad por la llegada de Mbappé y le han transmitido su enhorabuena y su deseo de verle cuanto antes con la camiseta del Madrid. Esto, a la espera de saber cuándo regresará de las vacaciones tras la Eurocopa, está por definir, pero su debut oficial sí que tiene fecha y hora: 14 de agosto, a las 21.00, en la Supercopa de Europa contra el Atalanta que se jugará en Varsovia.

De momento, el deber de Mbappé es centrarse en el papel de la selección gala en Alemania, e ir asumiendo que llega a un vestuario que suma dos Champions en los tres últimos años, más otras dos Ligas y unos cuantos títulos más, éxitos conseguidos bajo el liderazgo de Ancelotti y un grupo de madridistas que anteponen lo individual a lo colectivo. No hay pruebas de que con Mbappé no vaya a ser así, pero es evidente que el estatus y el ego de Kylian es muy diferente, por la edad que ya tiene (25), lo que ha conseguido (campeón del mundo) y la percepción global que se tiene de él como mejor jugador del planeta. «Si viene con un perfil bajo y sin medallas de estrella, encajará a la perfección en el vestuario», explica una persona que convive diariamente con este grupo de jugadores.

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En el Real Madrid entienden que la película ha cambiado bastante desde que Mbappé dejara tirado al club blanco en mayo de 2022, a solo siete días de la disputa de la final de la Champions en París. Entonces, quizás era el Real Madrid el que necesitaba a Mbappé. Ahora, es justo al contrario. Es Kylian quien necesita al equipo blanco. Los bolsillos ya los tiene a rebosar, y el Madrid no le va a pagar con una bolsa de pipas y otra de golosinas, pero el dinero no es lo más importante que va a obtener de la entidad del Bernabéu, como sí lo era en el PSG. Le esperan Ligas, Champions, Mundiales de clubes… Gloria, al fin y al cabo. Para eso, debe remar como uno más. «Este es el vestuario más sano de la historia moderna del Madrid. No hay más secretos», explican en el club, seguros de que el Mbappé que llega es «mi Mbappé», como lo definió Florentino.

Para que así sea, el Madrid ha vuelto a contar con la generosa y altruista ayuda de Vinicius. La pasada temporada, cuando el club blanco cerraba el fichaje de Jude Bellingham, el inglés contactó en varias ocasiones con el brasileño para preguntarle sobre qué vestuario le esperaba, cómo era la ciudad de Madrid o cómo debía actuar para congeniar con la afición lo antes posible. Incluso, hasta la madre de Bellingham le pidió a Vinicius ayuda para encontrar casa en Madrid. Ahí nació la amistad que ahora ambos se procesan y que no solo evita problemas de egos en el vestuario, sino que genera ejemplo al resto de compañeros.

Algo parecido ha hecho el brasileño este curso con Mbappé. Según cuenta a ABC gente del entorno de Vinicius, el brasileño le ha detallado cómo se convive en el día a día en Valdebebas, hablándole maravillas de los distintos grupos del vestuario: los brasileños, los franceses, los españoles, Bellingham… todos tienen un perfil marcado, y todos lo ponen al servicio del bien común. No hay pie a envidias, rencillas ni malos rollos. Ni porque un jugador meta más goles que otro, o de más asistencias o gane más dinero. Así se lo ha transmitido Vinicius a Mbappé y, además, le ha hecho saber que estará a su lado desde el día uno que ponga el pie en Valdebebas. «Habla con frecuencia con él y le ha transmitido lo estupendo que es el vestuario y lo bien que se llevan todos los miembros de la plantilla», detalla una persona muy cercana a Vini.

Ni siquiera el posible choque de posiciones genera inquietud alguna en el brasileño. El MVP de la Champions ha demostrado esta temporada que no solo puede jugar en la izquierda, sino también hacerlo en posiciones más centradas, lo que le da mayor versatilidad y polivalencia, que unida a la que ya trae Mbappé hará del ataque blanco una artillería imparable: «Por Vini, cuanto más buenos a su lado, mejor».

Veremos si eso sucede también con Rodrygo. Si se mantiene el esquema de 4-4-2, Goes será el damnificado para hacerle hueco a Mbappé, aunque Ancelotti no descarta volver al 4-3-3, pero cree que ese sistema debilita el centro del campo. Es evidente que todos no caben y que la llegada de Mbappé no está exenta de un daño colateral, como el que podría sufrir Goes. De ser así, Rodrygo tendrá que valorar si una vuelta a la suplencia le compensa o quiere volar fuera. Pero eso, de momento, es fútbol ficción. El tiempo nos sacará de dudas.