El Madrid de Mbappé es humano

Kylian tardó solo seis minutos en conocer de primera mano cómo son los arbitrajes del Madrid en España. Cogió una pelota en su propio campo, diez metros por delante del área, y echó a correr en línea recta. La conducción no fue limpia y en un par de ocasiones sus piernas iban más rápido que el balón, pero logró llegar al área del Mallorca, donde cayó derribado por Maffeo. El lateral hispano-argentino empezó a derribarlo fuera, pero ni una ni otra infracción fue sancionada por Soto Grado. Bienvenido a la Liga, Kylian.

Fue un inicio de partido frenético, con un córner del Mallorca a los 33 segundos, un disparo de Dani Rodríguez a los cuatro minutos y otro de Asano sesenta segundos después. Valiente el arranque bermellón. Y caliente. Pronto Maffeo y Vinicius volvieron a pedirse los teléfonos. Otra vez el lateral del Mallorca intentando desquiciar al brasileño. Y rascando. Al filo del descanso, vio una amarilla de tono rojo al clavarle los tacos en la parte baja de su gemelo derecho.

Fue precisamente Vini el que asistió a Rodrygo en el 0-1. Una combinación entre Bellingham y Mbappé, acabó con un balón en tierra de nadie en el área del Mallorca. Vinicius lo cazó y se lo dio a su compatriota con un pase de tacón. Goes, condujo en horizontal ante cuatro defensores y colocó un putt en el segundo palo. Golazo.

Rodrygo tuvo el segundo poco después, en un disparo que mandó a la esquina Greif. Rudiger también probó suerte desde 35 metros, pero el balón acarició el palo derecho del portero eslovaco. Y Mbappé tocó de primeras un centro de Vini, no lo suficiente para que fuera entre palos. La velocidad y la precisión con la que combinaba el Madrid en los últimos 25 metros era lo más parecido a los Globetrotters del fútbol, pero el fútbol no es solo diversión y ataque, y anoche tocó la versión perezosa a nivel defensivo.

Los cuatro fantásticos no ayudaron demasiado a sus seis compañeros y el Mallorca encontraba desajustes en las transiciones. En una de ellas, Courtois no atrapó incomprensiblemente un remate flojo de Muriqi. En el rechace lo arregló con un antebrazo duro al segundo intento del kosovar. Fue un aviso de lo que sucedería en la reanudación.

En el 53, el ariete del Mallorca se quitó el amargor de esa ocasión perdonada con un cabezazo imposible para Thibaut. Fue en un saque de esquina botado por Dani Rodríguez y defendido por Mbappé. Y claro, si pones a Kylian a tapar al kosovar en una jugada a balón parado, te juegas el gol en un cara o cruz. Y salió cruz. Muriqi se quitó de encima al francés con un soplido. 1-1.

La culpa no fue de Mbappé, sino de quién decidió defender en zona y, además, no poner a Rudiger o Militao encima del kosovar. Entendemos que fue Ancelotti, pero los jugadores ya son mayorcitos para detectar que un jugador como Muriqi es una visita al dentista en el juego aéreo.

Mientras, en área propia, quién se hacía grande en el Mallorca era Greif. El eslovaco sostuvo el empate con intervenciones de mucho mérito. La primera, en el 62, a Mbappé. Disparo con la derecha del francés y mano dura del portero. En el 69, mismos protagonistas y mismo desenlace. Fue otro desmarque de ruptura de Kylian, esta vez vez finalizado con un zurdazo que iba camino de colarse entre las piernas de Greif. Reaccionó rápido el eslovaco, a tiempo para ponerse la sotana. En el 81, culminó su gran actuación con otra parada a disparo de Modric. El Madrid comienza con un traspiés la defensa del título.