El Madrid se deshace del Getafe y le echa el aliento al Barça

Y es que por muchas veces que te sientes a ver Leyendas de Pasión nunca vas a ser Brad Pitt. Está científicamente demostrado. Pasa lo mismo con el Madrid. Por muchas veces que esté en la lona, jamás lo vas a ver morir. Creerse lo contrario es de necios. Se deshizo del Getafe encontrando antes los goles que las ocasiones. No parece mala fórmula para recuperar la confianza. Ni la del equipo, ni la de Mbappé.

El francés volvió a perdonar ocasiones muy claras, como tantas otras veces en estos cuatro meses, pero también es verdad que marcó uno de sus goles más bonitos de los ocho que lleva en Liga (diez en total, si sumamos el de la Supercopa de Europa y el de Champions). El francés recibió un pase de Bellingham, se adelantó a Juan Iglesias, mal perfilado, y desde fuera del área levantó la cabeza y la colocó en el palo izquierdo de Soria. Poste y para adentro. Ancelotti lo celebró con más rabia que el galo.

El partido comenzó con cinco minutos de retraso. Hernández Hernández no tenía conexión con la sala VOR. A veces la tecnología también falla para bien. El canario, uno de los colegiados más señalados por el madridismo, estuvo valiente al señalar el penalti del 1-0. Cuanto más árbitros se animen a pitar los agarrones en el área, mejor le irá al fútbol. Le faltó sacarle la segunda amarilla a Nyom, que había visto la primera por el mismo motivo, pero entonces se libró del penalti porque el córner no había sido lanzado todavía por Rodrygo.

Lo anotó Bellingham, en un lanzamiento muy parecido a los de Lewandowski. Trote, amago, saltito final y disparo al centro de la portería, ya con Soria vencido. Era el minuto 30 y el Madrid hacía lo más difícil cuando te enfrentas al Getafe: abrir el melón. A los de Bordalás, solo el Betis le había hecho dos goles en toda la temporada. Equipo compacto, solidario y peleón, con el número más bajo de remates en contra de los 20 equipos y que logra neutralizar la mayoría de las virtudes de sus oponentes. Y eso hizo hasta el tanto de Bellingham.

Uno de esos duelos lo protagonizaron Asencio y Álvaro Rodríguez, excompañeros en el Castilla. Canario y catalán tuvieron una bonita batalla, por arriba y por abajo, con el central blanco como ganador en casi todas las ocasiones. Ahí hay un defensa. En su mano está consolidarse y ganarse un puesto en la primera plantilla. Los ladrillos ya están puestos. El cemento, también.

Al descanso, se fue el Madrid con la ventaja doblada, gracias al tanto de Mbappé, que lo celebró con su habitual cruce de brazos y un último arrumaco a Jude al grito de '¡vamos!'. El francés no había tirado el penalti y en una de sus acciones ofensivas mal acabadas llegó a escucharse un pequeño murmullo. Gol antiinflamatorio.

Del vestuario, el Madrid salió sin Jude, mareado por un golpe en la primera mitad con Soria, y con un penalti a su favor. Lo neutralizó el VAR. El disparo de Mbappé no golpeó en la mano izquierda de Duarte, sino en la tibia. Esta vez sí había cogido la pelota Kylian. Se quedó con las ganas.

También en el 74, cuando se marchó del portero en un mano a mano y a puerta vacía la echó fuera, intimidado por la llegada in extremis de Alderete a la raya de gol. Ajustó en exceso. Lo mismo que le pasó a Uche, que salió al descanso y estrelló un disparo en el palo, pero su partido duró exactamente 21 minutos. En esa ocasión se lastimó muscularmente. Fue la acción de mayor peligro del Getafe, junto a otro palo de John Patrick, pero a los de Bordalás le falta acierto arriba y le sobra inocencia. Como a los que pensaban que la Liga estaba sentenciada.