Precisamente en este país se ha celebrado la reciente Supercopa de España, conquistada por el equipo de Ancelotti y en la que Kroos ha sido protagonista por lo deportivo y por lo ocurrido más allá del terreno de juego.
A ningún espectador se le escapó que cada vez que el '8' blanco cogía el balón, el estadio de Riad era un mar de silbidos, consecuencia de sus opiniones sobre la competición doméstica del país a donde se han ido grandes estrellas con sueldos desorbitados.
Astros y no tan astros, como el exjugador del Celta Gabri Veiga quien, con sólo 21 años, cambió Vigo por Arabia, un destino que parecía únicamente destinado a viejas glorias con pocos años de fútbol ya en sus botas que buscaban enriquecerse más. Un movimiento que Kroos criticó abiertamente en redes sociales.
Precisamente ese carácter del centrocampista, siempre del lado de lo que es justo, no sentó bien al público saudí, loco por el Real Madrid pero no tanto por el jefe alemán de su medular.
Consciente de esto, Kroos, que está de vuelta de todo, tiró de ironía tras la victoria ante el Atlético para alabar en sus redes a la «increíble hinchada» que abarrotaba las gradas y que no dejó de pitarle en ningún momento.
Tal es la fidelidad del alemán a sus principios que, tras conquistar el título con la goleada al Barça, rehusó ponerse la camiseta conmemorativa de la decimotercera blanca que llevaba unas inscripciones en árabe.
En redes sociales el gesto no ha pasado desapercibido y ha aparcado incluso la rivalidad, y es que Kroos ha recibido alabanzas de hinchas de otros equipos que aplauden su firmeza contra lo que él considera injusto.
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