Los secretos de la transformación de Courtois para ser el mejor portero de la Liga

Criticado al principio de su llegada al club por no superar a Navas en la dura competencia inicial, se mostró irregular en algunos momentos de la pasada campaña. Hoy, ha recuperado la forma que le hizo ser considerado uno de los mejores guardametas del mundo. Es un factor clave de las diecisiete jornadas imbatidas que suma el Real Madrid, dieciséis de ellas con «Thibaut», como le llaman, en la portería. Es uno de los artífices del récord minimalista de goles en contra en la Liga, 21 en 33 jornadas. Courtois ha disputado 30 y ha sufrido 18 tantos. Por fin es decisivo en su equipo y aspira a ganar su tercer trofeo Zamora, un galardón paralelo al fin superior, ser campeón de Liga.

Ser elegido el mejor guardameta de la Liga le motiva. Pero lo que más le incita, le provoca y le motiva es que el vestuario, sus compañeros, han reconocido en la cocina blanca en varias ocasiones que es fundamental en esta serie de seis victorias consecutivas. Solo ha recibido dos dianas en contra en seis encuentros. Tras vencer al Getafe escuchó nuevos elogios de sus compañeros de plantilla. No hay mejor aprecio que el interno, el del cuerpo técnico y el de sus colegas en el campo.

Para volver a ser Courtois ha trabajado sin desfallecer y ha sabido dirigir su vida privada. Pese a su separación, tiene dos niños con una custodia compartida ejemplar. La relación con Marta Domínguez, la madre de sus lebreles, Adriana y Nicolás, es muy buena. «Gracias a la madre de mis hijos porque aunque no estamos juntos eres muy importante para mí», expresó el belga cuando fue presentado en el Bernabéu como nuevo futbolista del Real Madrid. «Enhorabuena. No se puede estar más orgullosa, lo mereces», escribió ella en las redes cuando el padre de sus hijos se hizo profesional del club blanco. Palabras edificantes en este mundo actual donde solo se destaca la insidia y el enfrentamiento.

Esa serenidad en la vida particular es una tercera mano para despejar balones imposibles. Courtois está con sus hijos siempre que puede, por las tardes, y les ayuda a estudiar. Les recoge o les lleva a la escuela. Se encuentra centrado en los dos ámbitos, profesional y privado, y se nota en su rendimiento el césped.

Su enorme parada ante el Getafe, con el empate inicial en el marcador, impidió que el rival se pusiera por delante. Fue el último ejemplo de esas sensaciones que destaca el vestuario. «Muchos se quedaron locos con la parada por la cantidad de rebotes que hubo», señaló el cancerbero. «Tuve buenos reflejos para sacar la pelota, porque con los dos metros que mido soy muy ágil». Mantener esa agilidad es su premisa.

Courtois es el principal muro del lema de Zidane, que el belga expresa con sinceridad: «La clave es tener la portería a cero». Lo manifiesta el primer responsable de evitarlos. El belga ha vuelto. y el Real Madrid lo anota. «Hay portero», argumentan en la entidad.