Fracaso general en el «ensayo PSG»

Al entrenador del Real Madrid le llenan la cabeza de propuestas para abordar a Neymar, Cavani y Emery con otras capacidades. Cabezón, Zidane solo escucha. «Pero cuando piensa una cosa, Zizou no cambia nada por mucho que le digas, es fiel a sus ideas», advierte un hombre importante del Real Madrid. Ese es el dilema. El francés tiene entre ceja y ceja dirimir la Champions con la BBC que ganó la Undécima y otros profesionales del club reflexionan si sería conveniente variar de táctica y volver al 4-4-2, «más equilibrado», con el que arrolló en la Duodécima.

El debate interno se encuentra abierto. Hay personas del Real Madrid que piensan que Zidane no debería morir con las botas puestas de la BBC, como Del Bosque se inmoló con la selección española, ya decadente, que le dio el Mundial 2010 y la Eurocopa 2012. «El ejemplo de Vicente es el mejor para no caer en lo mismo», señala un gran jugador madridista de los años noventa. «Hay que cambiar, porque el 4-3-3 de la BBC no funciona».

El responsable del Real Madrid ha recibido ese mensaje demasiadas veces en las últimas tres semanas. Se lo piensa. ¿Qué hacer? La carencia de rendimiento que demuestran Bale y Kroos, más la irregularidad de Benzema, son datos que le resquebrajan la cabeza. La situación de Asensio, que luce poco, y de Isco, que ahora comienza a reaparecer, tampoco le ayuda a tomar decisiones drásticas. Solo Lucas responde bien desde el banquillo . El dilema es que tampoco le da muchos minutos. Zidane duda qué hacer.

En esa diatriba, medita dos posturas. La primera, continuar con la BBC bajo la exigencia de un sacrificio destructivo que frente al PSG augura que sí demostrarán, como hicieron en las dos últimas Copas de Europa. Y la segunda es llevar a cabo un cambio táctico y de nombres, como realizó con Kovacic en los clásicos para bloquear a Messi. Hay que advertir que la novedad de Kovacic salió mal en el último Real Madrid-Barcelona, pero sí funcionó en cuatro clásicos precedentes.

Los futbolistas piensan que lo primero que tiene que cambiar es la actitud y la concentración de algunos compañeros. Algunos veteranos argumentan que da igual jugar un 4-3-3 o un 4-4-2 si todos a la vez no ejecutan sus obligaciones de presión y destrucción sin balón. Al igual que Lucas expresó desde lo más dentro de su corazón, frente al Leganés, la falta de entrega de medio equipo, en Valencia hubo enfado general de los defensas y de los centrocampistas por la indolencia con la que Cristiano, Bale y Benzema se permitían no solo no ayudar en defensa sino bajar caminando, de tal manera que dos robos de balón de Carvajal frenaron el contragolpe porque los tres se encontraban fuera de juego y mirando hacia Keylor en vez de estar listos para arrancar en carrera hacia la portería rival.

Sin quitarse culpa por los dos goles recibidos , el cuarteto de la retaguardia piensa que el desconcierto general fue producto de la carencia de trabajo destructivo que existía desde la delantera. El Levante les llegó en oleadas en cinco ocasiones que pudieron costar cuatro goles. La desconcentración se extendió al centro del campo y todos fallaron a la hora de frenar al contrario. «El mea culpa es general», precisaba ayer un líder de la plantilla. Pero las asignaturas suspendidas quedaban muy patentes. Las estrellas no rinden y el sistema defensivo es un desastre total. Así no pueden seguir.

El balance de situación es rotundo: Cristiano, que hoy cumple 33 años, no decide; Bale no funciona; Benzema es impredecible; y Kroos no está fino. Con este panorama, los hechos aconsejan a Zidane un cambio de idea. El quida de la cuestión es que el entrenador duda. No sabe qué hacer, pues el equipo ha destrozado su mensaje. Ha impedido fichajes, ha frenado cesiones y sus pupilos no le responden. Modric, Ramos, Varane, Marcelo, Casemiro y Carvajal lo dieron todo por él, pero el resto no se subió al carro. El capitán afirma que es hora de hablar menos y hacer más.