La emotiva despedida de Marcelo que hizo llorar a Raúl: «Nunca olvidaré lo que hiciste por mí»

El acto, como suele ser habitual, lo comenzó el presidente Florentino, con un discurso lleno de cariño, respeto y admiración hacia el brasileño: «Eres uno de los más grandes laterales de la historia de nuestro club y del fútbol mundial. Una leyenda. Irrepetible como jugador y como forma de ser. Tu fantasía y felicidad siempre fueron fundamentales para que consiguieras grandes éxitos. Siempre serás uno de los grandes representantes del Real Madrid. Esta es y será siempre tu casa. Nuestros aficionados te tendrán siempre en sus corazones y en sus recuerdos»

El mandatario blanco recordó uno de los episodios más bonitos de los inicios de Marcelo en el fútbol, cuando de pequeño en Brasil su abuelo recorría todos los días 100 kilómetros en un escarabajo naranja, llamado 'fusquinha', para llevar a su nieto a entrenar. «Todo lo que conseguí ha sido en parte por él. Él me llevaba a entrenar, apostó por mí, me dejó libre para elegir lo que quería. Esto me hizo crecer y madurar antes de lo normal. Vine al Madrid con 18, y pensé que era maduro, y ahora sé que no tenía ni idea de nada».

El valor de Marcelo

Partidos jugados

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Fuente: Elaboración propia / ABC

El valor de Marcelo

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Fuente: Elaboración propia / ABC

Tras la intervención del presidente le tocó el turno a Marcelo, al que le costó iniciar el discurso. Lágrimas de emoción, pero también de orgullo. Traje negro, camiseta negra y cadena de plata, el brasileño confesó que había prometido no llorar, pero eso fue misión imposible: «A ver...», dijo mientras se llevaba la mano a la cara y respiraba profundo para intentar que las lágrimas dejaran paso a las palabras. Cuando fue posible, agradeció a todos los jugadores y entrenadores con los que compartió vestuario década y media, pero sobre todo puso el foco en esos empleados del Madrid que «trabajan en la sombra»: «Quiero agradecer a médicos, doctores, fisios, utilleros, gente que trabaja en la residencia, personal de seguridad... Todos ellos son como familia. Nosotros solo nos dedicamos a jugar al fútbol, pero para eso y para tener botas y ropa limpia hay un trabajo detrás. Ellos son muy importantes».

Raúl, el mítico capitán blanco y actual técnico del Castilla, fue otra de las personas señaladas por Marcelo, hasta el punto de lograr emocionar al legendario '7' blanco: «Raúl tuvo un detalle conmigo muy grande. Cuando nació mi hijo mayor, tú eras el capitán del equipo capitán, y nos regalaste un cesto. Yo quise seguir tu ejemplo como capitán y nunca olvidaré lo que hiciste por mí».

«Agradecer a mi mujer, siempre a mi lado y que me ha dado dos hijos maravillosos. Yo soy lo que soy hoy es seguramente por ti, Clarice», dijo Marcelo sobre su esposa, presente en el acto junto a sus dos hijos: «Cuando salí de Brasil tenía en mente jugar en un equipo grande y disputar la Champions. Hoy salgo siendo el jugador con más títulos de la historia del mejor club mundo, el Real Madrid. Es un día de alegría, no de tristeza. Salgo de aquí con la cabeza alta. Mi padres, mis abuelos, todos están orgullosos de mí. He sido muy afortunado. Esto no es un adiós, porque no me siento que me vaya del Madrid. Si algún día llego aquí, pido una entrada y no me la dais, vais a tener un problema», dijo para finalizar entre risas.

Terminados los parlamentos, Florentino le entregó la insignia de oro y brillantes del club. Fotos con la familia, los directivos y, cómo no, con los 25 trofeos conquistados con la camiseta blanca. Retratos inolvidables que le quedarán para siempre, y un último servicio como madridista ante los medios, a quiénes atendió en la sala de prensa de Valdebebas: «El futuro no me asusta, lo que tuve que hacer, la historia, ya está escrito. Estoy muy contento conmigo mismo y mi familia está muy orgullosa de mí».

En una extensa rueda de prensa en la que estuvo flanqueado por Emilio Butragueño y Carlos Carbajosa , jefe de prensa del club, Marcelo estuvo elegante, respetuoso y honrado por lo vivido, y fue claro con el día más feliz en 16 años: «No es difícil elegirlo, es hoy. Hice todo lo que debía, salgo muy feliz y dejo un legado. Era lo que quería hacer. Ver a Vini, Rodrygo, Militao, Fede, Camavinga... Eso no tiene precio. Que me vean como la persona que soy, no como el Marcelo que ganó cinco Champions»

Para Marcelo, en la comparación con Roberto Carlos , él elige a su compatriota como mejor lateral izquierdo del club, y reconoce que le pedía a Zidane y Ancelotti jugar más, pero con el paso del tiempo se ha dado cuenta que había que respetar sus decisiones: «Me he dado cuenta que el protagonismo no está dentro del campo. A lo mejor he sido egoísta en hablar con Zidane y Ancelotti. Hemos tenido discusiones de jugador/entrenador, pero viéndolo ahora, ellos tienen su trabajo y su manera de pensar. Esta temporada no jugué casi nada, pero para mí fue mucho porque me he sentido muy útil no jugando. Me sentí con un peso y una responsabilidad. Me cabreaba con Ancelotti, y al día siguiente estábamos dándonos besos y abrazos. Para ganar, no hace falta que juegues, hace falta hacer equipo. Quería jugar más, claro, pero lo más bonito ha sido ver a mis compañeros de toda la vida y a los chavales, y sentirme importante aunque no jugase». Y eso hizo Marcelo, que a las 14.47 horas abría y cerraba por última vez la puerta de la sala de prensa de Valdebebas.