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Real Madrid

Los comodines de Ancelotti

Lucas Vázquez, recambio ideal de Carvajal en la final de la Supercopa a pesar de no ser su posición natural

La regularidad de Nacho, que puede jugar de central y en ambos laterales, es una bendición para el entrenador

Rubén Cañizares

Lucas tiene 30 años y Nacho cumple 32 el próximo martes, pero todavía se les llama a menudo canteranos. Con acierto, obviamente, porque lo son y siempre lo serán. Eso no es debatible. Lo extraño de hacerlo aún es por la edad y el tiempo ... en el club. Normalmente, el término canterano se usa con asiduidad en los años iniciales de estancia en el primer equipo de un futbolista criado en las categorías inferiores de esa entidad. Con el paso del tiempo, y dejada atrás ya la edad del acné, los apelativos evolucionan y va desapareciendo el de canterano, pero no es el caso de Lucas ni de Nacho. Nunca han sido titulares indiscutibles y, seguramente, ese rol ha hecho permanecer en el tiempo su condición de canteranos, pero jamás han sido suplentes poco comprometidos o indisciplinados, todo lo contrario. Su profesionalidad es ejemplar y su rendimiento, indiscutible. Esta noche, salvo recuperación de última hora de Alaba, conformarán el 50% de la defensa del Madrid en la final de Supercopa ante el Athletic.

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