Asensio olvida la pesadilla

El mallorquín demuestra de nuevo su clase, su finta, su potente disparo. Poco a poco, pero cada vez menos intermitente y más regular. Marca goles y los produce. Casemiro y Lucas Vázquez aprovecharon sus centros medidos frente al Granada y el Celta. En Elche estrelló un trallazo en la madera que Modric convirtió en el 0-1 al cazar el rechace con la cabeza. Por fin, el sábado anotó su primer tanto del curso ante los celtiñas, en un devolución de pase del extremo gallego . Necesitaba marcar, era una obsesión. Asensio ha vuelto.

«Ya se va viendo el trabajo, la gente no sabe que es un proceso largo de acumular partidos y minutos, estoy trabajando muy fuerte» señalaba el mallorquín tras disfrutar de su mejor partido de la temporada. Sabía el calvario que debía soportar durante más de un año hasta regresar a su antiguo nivel. Tenía que aguantar las críticas externas en un Real Madrid que debe ganar siempre y no admite periodos de transición. Había que trabajar sin descanso para recuperar la velocidad. Renovar la capacidad de resistencia. Redefinir la musculatura. Volver a obtener el ritmo de competición para mostrar otra vez el pase perfecto, el regate descarado y el tiro a portería, virtudes que le llevaron al Real Madrid hace un lustro. Tenía claro el sacrificio que debía hacer para que todo sucediera como Zizou decía.

Su jefe le aconsejó que solo se centrara en recuperarse, porque confiaba en él. «Creo en Marco, es un jugador de talento». Fueron palabras de ánimo para que el balear trabajara a destajo, mañana y tarde, sin desmayo, en la piscina, en las máquinas, en solitario, fuera de los focos del espectáculo. Las lágrimas explotaron cuando reapareció hace ocho meses y se sintió muy bien. La hinchazón en la rodilla que le obligó a dejar la selección en septiembre fue solo un susto. Volvió a jugar en el Real Madrid.

Su entrenador le daba minutos aunque no estuviera bien, hasta que los malos resultados exigieron la presencia de Vinicius y Rodrygo. El rendimiento demostrado por los dos brasileños era a la vez un problema y un acicate para el futbolista español. Hazard era un tercer rival interno, masacrado con los partes de baja. Contra viento y marea, Marco obtenía un sitio, como titular o en los segundos tiempos. Veinte encuentros ha disputado en esta campaña. Hasta que sus balones precisos en los tres últimos encuentros, que marcaron la diferencia, le han devuelto un puesto en el once. Ahora, por fin, hemos visto al mejor Marco. «Me alegro por Asensio, ha tenido una lesión importante y ahora está mejor, mucho mejor», destacaba el técnico francés.

Vuelven a recordarse las palabras que Florentino Pérez expuso cuando le fichó: «Es un jugador distinto, cada vez que coge la pelota encara a un rival, va directo a él». Frente al Celta le vimos regatear a gusto. Eso significaba que ha recuperado la confianza . «Tiene mucha calidad», ensalzaba Zinedine. Le hacía falta sentirse físicamente bien para enseñarla otra vez.

Hemos visto al mejor Asensio en su lado natural, el izquierdo. La presencia de Hazard y de Vinicius le hicieron colocarse en la derecha, con el fin de explotar su disparo, pero donde rinde más es en la izquierda. Por algo lleva el número once de Gento .