Rahm se sobrepone a un mal comienzo y termina colíder (-7)

El español empata en cabeza con Viktor Hovland y Brooks Koepka

El periscopio de Jon Rahm: el debate de la tecnología en el golf

Jon Rahm después de completar su primera vuelta reuters

A pesar de arrancar la jornada con un doble 'bogey' en el hoyo 1, el vizcaíno se sobrepuso tirando de orgullo y confianza. Con dos 'birdies' en los dos agujeros siguientes recuperó la normalidad y a partir de ahí firmó una tarjeta casi perfecta. ... De hecho, la mejor en la historia del torneo después de pinchar tan al comienzo (nueve abajo). Con unas estadísticas demoledoras (efectividad extrema en calles cogidas y sacadas de 'bunker') igualó a su ídolo Ballesteros al comenzar el torneo en cabeza. Luego el cántabro terminó ganando su primera chaqueta verde en 1980.

El día comenzaba en Augusta con los alicientes de toda la vida. Los espectadores entrando masa a primera hora de la mañana para distribuirse por los distintos enclaves del campo y, los más apegados a la historia, haciendo cola en el primer hoyo para asistir al tradicional arranque simbólico del torneo. Tres de los hombres más emblemáticos del mismo, Gary Player, Jack Nicklaus y Tom Watson, ejercieron de 'starters' honorarios antes de que diera comienzo la competición.

Pero la gente tenía muy claro dónde iban a estar sus puntos de interés. Para todos los aficionados en el partido de Tiger Woods y, para los españoles en particular, en el de Jon Rahm que le seguía. En el del mejor jugador de la historia se produjo un giro inesperado, pues el protagonismo lo tomó Víctor Hovland en lugar del californiano. Y así, mientras el exnúmero uno mundial fue renqueando durante toda la jornada, el noruego firmó una tarjeta perfecta sin ningún borrón hasta sellar un 65 final para menos 7. «Estoy muy contento de cómo he jugado y de la forma en la que he ido superando los momentos duros que he ido teniendo -comentó- pero sobre todo de haber podido jugar con Tiger. Es todo un privilegio poder verle tan de cerca y nunca se deja de aprender de él». A pesar de acabar con dos sobre par, no debería tener problema para pasar el corte y jugar el fin de semana.

Quien seguro que lo hará será el vizcaíno, que reafirmó una vez más el gran momento de forma con el que ha comenzado la presente temporada. A pesar de cometer un doble 'bogey' un tanto absurdo en el primer hoyo, se sobrepuso de inmediato hasta el punto de firmar su mejor resultado en el National en los diecisiete hoyos siguientes (nueve abajo). «No me lo tomé a mal por dos razones: la primera, porque si vas a pinchar es mejor hacerlo en el primer agujero, pues luego te quedan 71 para acabar el torneo; y después, porque los cuatro 'putts' que tiré estaban bien planteados», reconoció. El punto de inflexión que necesitaba ya lo tenía desde bien temprano. «En ese momento sólo me quedaba reaccionar, o sea que no tenía más elección que recomponerme y mirar hacia delante. Y camino del hoyo 2 me repetí a mí mismo una frase de Seve para quitarle hierro al asunto. ¿Que cómo se pueden hacer cuatro 'putts'? Pues fallando el tercero», bromeó.

'Birdies' salvadores

La mejor forma de reaccionar era restando golpes en su tarjeta, lo que hizo de inmediato en las dos banderas siguientes, de manera que en la tercera ya estaba de nuevo en la paridad del campo. Y a partir del hoyo 7 se puso de nuevo en acción. «En cualquier estrategia en este campo es bueno llegar a ese punto al par o por debajo de él. O sea que se estaban cumpliendo las previsiones. Y como estaba jugando bien, con mucha comodidad, sólo tuve que dejar fluir los golpes para seguir creciendo en el marcador». Dicho y hecho. Acabó con tres menos la primera parte del recorrido y salió del mítico 'Amer Corner' pletórico, con un 'birdie' en el remozado hoyo 13 que ha crecido en longitud. Y luego, con otros tres en los cuatro agujeros de cierre para empatar con Hovland en menos siete. Espectacular.

Llegó al final con unas cifras demoledoras: un cien por ciento de efectividad en calles cogidas y sacadas de 'bunkers' y un 94 % en 'greens' alcanzados. «No es que fuera pendiente de las estadísticas, ni mucho menos, pero en el hoyo 17 me puse a pensar y me di cuenta de que no había pisado el 'rough' en toda la jornada. ¡Y es que no había fallado ni una calle!», recordó asombrado. En un día de temperatura perfecta, con los tapetes blandos y receptivos, era la mejor forma de asegurarse una buena tarjeta y de aguantar los envites de los jugadores que llegaran por detrás. Al final el único en emular a los dos europeos fue Brooks Koepka, que les empató en cabeza y dejó claro que su paso al LIV Golf no le ha restado 'punch' en los grandes.

Hay otra parte buena a tener en cuenta para quien ya empiece a soñar con la sexta chaqueta verde para el golf español. Que Ballesteros también arrancó como líder en su primer título (1980) y que a partir de ahora viene mal tiempo y mejor estar arriba para no tener que remontar. «Aquí cada hora cambia, pero me siento igual de favorito que antes de empezar, no hay nada diferente. Estoy jugando bien y orgulloso de lo que estoy haciendo».

García (+2) y Olazábal (+5), casi eliminados

La primera jornada de los otros dos españoles en liza, Sergio GarcÌa y Chema Olaz·bal no fue tan brillante como la de Rahm. Es más, transcurrió dentro de lo esperado en función del estado de forma de cada uno. para el castellonense, que no termina de encontrarse a gusto con su estado actual de forma, fue una ronda en la que le faltaron buenas sensaciones. De manera que a pesar de llegar al hoyo 13 con uno bajo par, una visita al arroyo le hizo encadenar tres 'bogeys' para terminar con dos sobre par y la sensación de que hoy tendrá· que trabajar duro para jugar el fin de semana.

El vasco, por su lado, cumplió su propio pronóstico de pasión y firmó 77 golpes (con un misero 'birdie' en el 13) que le aleja definitivamente del corte.

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