Jon Rahm, segundo en Wentworth con su mejor juego

A nadie se le escapa que el jugador español no había llevado a cabo una gran temporada hasta el momento. Es cierto que de cara al palmarés logró un título más para adornarlo (el Abierto de México, en el mes de marzo), pero su juego espectacular no le acompañó como en el pasado. «Desde ese triunfo no me había vuelto a ver con opciones de triunfo un domingo», reconoció ayer en Londres, justo antes de que Shane Lowry le arrebatara la victoria por un golpe en el mítico campo de Wentworth. El mismo donde su admirado Seve Ballesteros ganó cinco mundiales «Match-Play» y que por segunda vez se le ha resistido.

No estaba entre los favoritos y, al venir desde atrás, jugó totalmente relajado y firmó un 62 que hizo que los hombres de cabeza tuvieran que apretarse los machos para superar el (-16) que dejó establecido en la casa club. «Jugué de cine, fue una de esas vueltas con las que llevaba soñando desde hacía tiempo», comentó entre sonrisas, sobre todo al analizar que «los últimos diez hoyos los jugué en nueve bajo par; fue uno de esos momentos en los que algo hace click y todos los elementos se juntan para tener la vuelta perfecta».

Aunque a la jornada le faltara el colofón de la victoria, Jon se va satisfecho de esta incursión en el Circuito Europeo, donde afronta un final de temporada importante con el Open de España y la Final de Dubái. «Me agrada mucho haber encontrado este punto de forma justo ahora, ya que me hace mucha ilusión terminar el curso europeo con buenas opciones».