Muere a los 76 años el boxeador George Foreman, el gran rival de Muhammad Ali

«Con profundo pesar, anunciamos el fallecimiento de nuestro querido George Edward Foreman Sr., quien falleció en paz el 21 de marzo de 2025 rodeado de sus seres queridos. Predicador devoto, esposo, padre amoroso y bisabuelo orgulloso, vivió una vida marcada por una fe inquebrantable, humildad y propósito», publicaron los familiares de 'Big George' en redes sociales, sin precisar las causas de su deceso. Y añadieron: «Humanitario, olímpico y dos veces campeón mundial del peso pesado, fue profundamente respetado: una fuerza para el bien, un hombre de disciplina y convicción, y un protector de su legado, que luchó incansablemente por preservar su buen nombre para su familia. Agradecemos las muestras de cariño y las oraciones, y les pedimos que nos respeten en privado mientras honramos la extraordinaria vida de un hombre que tuvimos la bendición de llamar nuestro».

Las muestras de condolencia no se hicieron esperar. Mike Tyson fue uno de los primeros. «Su contribución al boxeo y mucho más jamás será olvidada», recordó Kid Dynamite, considerado uno de los mejores boxeadores de peso pesado de todos los tiempos y que reinó como campeón mundial indiscutible de esta categoría de 1987 a 1990. Foreman también formaba parte de las leyendas del boxeo y formaba parte del Hall of Fame de International Boxing y World Boxing, siendo considerado el octavo mejor peso pesado de la historia según International Boxing Research Organization (acabó su carrera profesional con un récord de 76-5, 68 de ellas por KO). Pero hasta llegar a este reconocimiento no lo tuvo fácil, como la mayoría de boxeadores de la época. Nacido en 1949 en Marshall, Texas, Foreman vivió una infancia complicada y un traslado a California, donde comenzó sus pinitos en el ring. Sus orígenes están marcados por la pobreza y abandonó la escuela a los 15 años, momento en el que pensaba que su futuro podía estar en el deporte. Con su ídolo Jim Brown (corredor de los Clevelands) en mente, probó suerte en el fútbol americano, pero un programa vocacional de boxeo del Gobierno destinado a los jóvenes captó su atención. «Lo probé solo para mostrar a mis amigos que no tenía miedo», recuerda Foreman, que se vio favorecido por su físico en este deporte (1,90 de altura y 100 kilos de peso en un cuerpo musculado por sus trabajos como carpintero y albañil)

Con 19 años ganó el oro olímpico en México, ganando tres de las cuatro peleas por KO, lo que le catapultó al profesionalismo. En su primera batalla derrotó as Donald Walheim, dando paso a una racha de 40 victorias seguidas, que le reportaron el primer campeonato mundial: venció a Joe Frazier en Jamaica en el combate conocido como Sunshine Showdown y solo necesitó dos asaltos para ello. Las crónicas de la pelea destacan que Foreman mandó al suelo hasta en seis ocasiones a un Frazier que llegaba invicto con un balance de 29-0. En aquella época también derrotó a Muhammad Ali, que se resarció ante 60.000 espectadores que se congregaron en Zaire y otros 1.000 millones ante las televisiones de medio mundo para asistir a la mencionada 'Rumble in the Jungle'.

Las apuestas daban como favorito al joven Foreman (25 años) ante el que había dejado de llamarse Cassius Clay (32 años) y que aprovechó el combate para popularizar el 'rope-a-dope' (una estrategia en la que una se iba contra las cuerdas poniéndose a propósito en lo que parecía ser una posición perdedora para desgastar al rival). «No fue mi noche», lamentó Foreman, quien más tarde acusó a su entrenador de haberle drogado antes del combate. 'Big George' acusó el cansancio de un combate tan largo, atendiendo a que llevaba tres años sin que sus peleas superaran el cuarto asalto. Foreman no logró convencer a Muhhammad Ali de que le diera la revancha. Con 28 años decidió poner fin a su carrera, aunque 10 años después anunció su regreso para recaudar dinero para una causa benéfica y ganó 24 combates consecutivos. Incluso peleó para ser de nuevo campeón del mundo, en 1991 con 42 años, pero fue derrotado por Evander Holyfield. Tres años después, llega el nuevo renacer de Foreman ante una nueva posibilidad de combatir como aspirante al título. Michael Moorer ganó a Holyfield en la lucha por el cinturón mundial de la IBF y la WBA. Foreman fue rechazado como aspirante por su edad y más después de una reciente derrota ante Morrison. Pero el texano consiguió que la justicia estadounidense le diera la razón por un caso de discriminación.

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El combate tuvo lugar el 5 de noviembre en Las Vegas, Nevada. Durante los primeros nueve asaltos, Moorer movió y golpeó a Foreman con facilidad. Pero en el décimo, probó toda suerte de golpes hasta que una derecha envió a Moorer a la lona. Foreman volvía a ser campeón. Entre vítores y aplausos del público, Foreman se fue a la esquina, se arrodilló y empezó a rezar. Con su regreso victorioso, Foreman había batido dos marcas: el luchador más veterano que conseguía el título (45 años) y el púgil que había tardado más entre perder el cinturón y volverlo a recuperar (20 años). Poco después de su triunfo, Foreman quiso luchar contra Mike Tyson. Pero la organización de la WBA quería que luchara primero contra otro aspirante Tony Tucker. Por desavenencias con el promotor Don King que quería controlar las veladas de los campeonatos mundiales, Foreman rechazó luchar con Tucker y obligó a la WBA a desposeerle de su cinturón de campeón. Poco después, la IBF propuso al alemán Axel Schulz aspirante al título. El combate acabó con victoria de Foreman a los puntos, pero con el campeón sangrando, por lo que la IBF ordenó la repetición del combate. Foreman se negó volver a Alemania y la IBF también desposeyó del cinturón de campeón a Foreman. Después de estos dos incidentes, el interés entre Foreman y Tyson desapareció al creer que el texano ponía excusas para mantener el título a toda costa. A partir de aquí, Foreman fue administrando sus combates hasta que en 1999 anunció su retirada de los cuadriláteros. Aunque hizo un pequeño atisbo de regreso en 2004, él mismo canceló sus planes a causa de la presión de su esposa.

La vida de Foreman fuera de los cuadriláteros también da para escribir un libro. En los años que estuvo fuera del cuadrilátero se topó con la fe, descubrió a Dios y se ordenó como predicador en una iglesia cristiana, además de formar una extensa familia, con doce hijos fruto de cinco matrimonios diferentes. A los cinco varones les puso el mismo nombre que el suyo: George Edward Foreman para que «tuvieran algo en común».

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También fue un empresario de éxito. Vendió los derechos de su apellido a Salton Inc., una marca de electrodomésticos canadienses que fabricaba parrillas eléctricas y portátiles. Se vendieron más de 100 millones de unidades de la George Foreman Grill, una parrilla eléctrica que le reportó más de 200 millones de dólares con las ventas y patrocinios de este producto, muy por encima de lo que ganó con el boxeo, el deporte que contribuyó a hacer más grande. Descanse en paz.