La vida más allá de MotoGP

Jeremy Alcoba, que logró tres podios en Moto3 entre 2018 y 2021 y que formó parte de la parrilla de Moto2 entre 2022 y 2024, ha pilotado una Kawasaki en el Mundial de Motorsport compitiendo con ilustres como Jaume Masiá (campeón del mundo de Moto3 en 2023) y Ana Carrasco (cinco años en Moto3). El catalán, patrocinado por la marca deportiva LS2, ha acabado octavo . «El nivel, realmente, es más flojo que en Moto2, por lo que me esperaba estar en el top-5 todas las carreras, a pesar de las dificultades que tenía la moto. Pero me he encontrado con carreras en las que he estado luchando por el top-10 y top-15. No me cuadraba», lamentaba el piloto, que hacía una valoración de la categoría. «El Supersport es un campeonato que hace dos o tres años no tenía este nivel. Ahora hay mucha gente en Moto2 que se encuentra sin poder subir o sin sitio y viene aquí. Cada vez somos más los que allí no encontramos nuestro camino y nos están desviando a este campeonato. Eso hace que ahora mismo se esté subiendo mucho el nivel, tanto en Superbikes, porque está llegando ya mucha gente de MotoGP, como en Supersport, porque están viniendo muchos pilotos que estaban en Moto3 y Moto2».

La gran pregunta es si acabar en estas categorías es un paso atrás tras haber llegado al Mundial de MotoGP. «Bueno, es como una idea que siempre se ha generalizado, siempre se ha pensado así. Pero viendo, por ejemplo, a Toprak (Razgatlioglu) y a Bulega ahora mismo, que tienen la opción de subir a MotoGP, me parece muchísimo mejor que quedarse estancado en Moto2», asegura Alcoba, que destaca el bajón salarial que supone abandonar el campeonato de la primera división: «Si corres en Supersport ganas muchísimo menos dinero, pero si subes a Superbikes puedes tener opción a ganar más que en Moto2, incluso ganar como algunos de MotoGP. Aquello es más como un sueño y esto es más un trabajo».

El Mundial de Superbikes es el camino intermedio, la escalera mecánica que cruza a los que aspiran a triunfar en la máxima categoría y los que deben reciclarse tras una experiencia fallida. Toprak Razgatlioglu ha sido confirmado por el Prima Pramac para ocupar el sillín de Oliveira en MotoGP este 2026 tras ganar el campeonato. Se ha impuesto a grandes pilotos como Nicolo Bulega, (confirmado por Ducati para pilotar la Desmosedici de Marc Márquez en los dos Grandes Premios que faltan, Portimao y Valencia), Álvaro Bautista (campeón en 2006 de 125cc. y 9 años en MotoGP), Danilo Petrucci (en GP entre 2012 y 2023), Andrea Iannone (tercero tres años en Moto2 y piloto en GP entre 2013 y 2019), Tito Rabat (campeón de Moto2 en 2014 y seis años pilotando en la categoría reina), Iker Lecuona (piloto de Moto2 y GP entre 2011 y 202) y Xavi Vierge (cuatro podios en Moto2 entre 2015 y 2021). Este último, piloto de LS2, reivindica la calidad que atesora el Mundial de Superbikes: «En los últimos años ha habido un cambio generacional, el nivel del campeonato ha subido muchísimo y estamos muy cerca de MotoGP».

Vierge, que ha acabado séptimo en Superbikes con su Honda, explica su caso: «Fui haciendo buenos años en Moto2, pero no fui capaz de consolidarme por lesiones. Decidí hacer el cambio al Mundial de Superbikes, que es un campeonato muy atractivo y no deja de ser una categoría reina. Para mí está MotoGP, que es el top, y Superbikes. Lo lógico es correr en Moto3, Moto2 y MotoGP, por este orden. Pero si no consigues cuadrarlo para poder ir a MotoGP, yo veo más realista moverte a Superbikes luchando por un campeonato que no mantenerte muchos años en Moto2».

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Vierge, incluso asegura que la categoría de Superbikes no tiene nada que envidiar al Mundial GP a nivel económico, aunque desecha la manida idea de los sueldos estratosféricos: «Desgraciadamente, la gente se piensa que en cuanto llegas al Mundial, sea de Moto3, Moto2, MotoGP como de Superbikes, te cambia la vida, ganas millones y ya te puedes despreocupar. Eso en el pasado era así. Ahora, en el presente, la realidad está muy lejos. Obviamente hay algunos afortunados, entre los que me incluyo, que tenemos un sueldo más alto que en un trabajo normal, por supuesto, pero creo que para lo que hacemos debería ser mucho más. Hay pilotos que no cobran, sino que tienen que aportar dinero para poder correr y esto para mí es muy triste. Al final es nuestro sueño, pero al mismo tiempo es un trabajo. Es como si el que va a una fábrica tiene que pagar para trabajar allí... Pues no es lógico, tú haces un trabajo y necesitas cobrar por ello. Es verdad que, obviamente, cuanto más generes más cobras. No puede cobrar lo mismo Marc Márquez que cualquier otra persona, pero yo creo que tendría que haber unos mínimos».