Suscribete a
ABC Premium
Aleix Espargaró celebra con su hija la pole lograda con el casco rosa AFP

Sergi Font

La pequeña Mía, feliz como nunca, esperaba emocionada a que su padre bajara de su Aprilia y corriera a abrazarla. Aleix Espargaró acababa de conseguir la pole en Montmeló, a escasos diez kilómetros de la casa en la que se crió, en Granollers. ... El piloto, aún emocionado bajo el casco rosa que estrenaba en este Gran Premio, era consciente de que el sueño del Mundial está, a sus 32 años y a pesar de militar en una fábrica de las pequeñas, más cerca que nunca. Dominó los segundos, terceros y cuartos libres, además de imponerse en la Q2 batiendo todos los registros del circuito y arrebatándole el primer puesto a la poderosa Ducati de Pecco Bagnaia por 31 milésimas.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia