El samurái del siglo XXI que dejó las peleas callejeras para convertirse en campeón del mundo

Nacido en Znojmo (República Checa) en 1992, el pequeño Jiri Prochazka de tan solo seis años le toco presenciar como su figura paterna fallecía sin poder hacer nada al respecto. Desde temprana edad hizo gala de su talento para los deportes, practicando BMX y jugando al fútbol. Sin embargo, la adolescencia resulta una etapa complicada para muchos y el joven checo no fue la excepción. Con su 1,93 metros de altura comenzó a participar en numerosas peleas callejeras, rutina que repetía semana a semana. Esta actividad le llevó a integrarse en los 'hooligans' del equipo de su ciudad, el FC Zbrojovka Brno. Ahora no era un tema menor, pues ya eran batallas campales de decenas de personas, lo que suponía un peligro para su vida.

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Sin embargo, cerca de sus 18 años encontró un nuevo deporte donde poder canalizar toda esa energía, las artes marciales mixtas (MMA). Ahora, cada conocimiento era nuevo. Comenzó a practicar kickboxing, lucha grecorromana y boxeo tailandés. La vida de Procházka comenzó a cambiar gracias a eso, pero aun quedaba camino, pues seguía disfrutando, en cierta parte, de la violencia. Aunque continuaba con grandes fiestas y una personalidad que permanecía en las peleas callejeras, ahora tenía un objetivo, ser peleador profesional. El camino se empezaba a encauzar. Así, hizo su debut profesional en 2012 con apenas 20 años, obteniendo una racha de cuatro victorias seguidas. Pero no todo iban a ser alegrías, pues en su quinto duelo del año le tocaría conocer el sabor de la derrota. Sin embargo, en la vida todo pasa por algo, y este fue el detonante que cambiaría por completo la vida del luchador checo.

Causa de la derrota, su entrenador vio conveniente regalarle 'El Libro de los Cinco Anillos', escrito por el samurái japonés Miyamoto Musashi, en el cual reflejaba su filosofía de vida. Esto fue un antes y después. De una vez por todas, su estilo de vida viró 180 grados, adoptando el código Bushido, también conocido como 'el camino del guerrero'. «Soy otra persona ahora», reveló hace años en una entrevista en 'The Sun'. Con esta nueva mentalidad dejó de lado todo lo que envolvía a la calle, pasando a ser un tipo reservado, representante del respeto y con un culto total al deporte y el entrenamiento.

Esta filosofía le lleva incluso a encerrarse durante tres días sin comida, agua ni dispositivos electrónicos a modo de meditación para ejercitar la mente. Tampoco son pocos los vídeos de sus entrenamientos con catanas o en climas adversos. Pese a lo inverosímil de sus métodos, los resultados son incuestionables. Con 25 triunfos, tres derrotas y un empate, Jiří Procházka recibió la llamada de la UFC en 2020, cuando el mundo estaba paralizado a causa del COVID-19 y la compañía de Dana White era la única que seguía adelante. Pero desde 2013 la mentalidad y la disciplina son las bases del checo, así que rápidamente supo que debía aceptar la oportunidad.

Noqueó en su primer encuentro a Volkan Oezdemir. En el segundo hizo uno de los nocauts del año tras apagar las luces de Dominick Reyes con un gran codazo giratorio. Estas dos impresionantes victorias, añadidas a la crisis de un campeón sólido en el peso semipesado, lo llevaron a que su tercera pelea dentro de la UFC fuera por el título. Aunque no sea el único y haya casos más extremos, no deja de ser un ascenso meteórico al alcance de muy pocos. Se enfrentó al campeón de aquel entonces, Glover Teixeira, en lo que fue una pelea que todo aquel que la vio recuerda. No por nada fue nombrada como la pelea del año en 2022. Tras cinco asaltos frenéticos, Prochazka pudo someter al brasileño a falta de 30 segundos para el final de la contienda.

Jiri Prochazka lo había conseguido. Había alcanzado la máxima del deporte. Era campeón de la UFC. El haber dejado su pasado turbulento atrás, pero al mismo tiempo en su mente para no volver, su disciplina y filosofía habían dado sus frutos. Pero la desgracia arremetió de nuevo contra el checo. Una lesión catalogada como «la más grave que han visto los médicos de la UFC» lo obligó a dejar el cinturón vacante. Con todo, salió adelante, como ha hecho durante toda su vida y al año regresó. No obstante se enfrentó al que sería su 'bestia negra' dentro de la compañía, Alex Pereira. El brasileño lo noqueó en noviembre de 2023. Prochazka se recompondría derrotando a Aleksandar Rakić en el UFC 300, lo que le permitió tener una segunda oportunidad contra Pereira. Pero el resultado fue el mismo que la primera ocasión.

Un muro se había levantado en la categoría y el checo parecía incapaz de superarlo. Aun con todo, no se deprimió, siguió adelante y este pasado 18 de enero hizo gala de una versión mejorada de su estilo ante el excampeón Jamahal Hill, al que noqueó en el tercer asalto. Este combate sirvió para demostrar que Prochazka sigue evolucionando como peleador, por lo que continua siendo una amenaza para su peso.

No cabe duda de que la historia de Jiri Prochazka demuestra que de todo se puede salir. Que los pequeños detalles, como puede ser un libro, son capaces de generar cambios sustanciales en una persona, capaz de hacer que su estilo de vida cambie por completo. También evidencia los frutos de tener una vida disciplinada, con un foco en mente y el respeto como máxima a la hora de actuar. A pesar de que ya no tenga el título en su cintura, el checo sigue siendo uno de los atletas más queridos y aclamados del deporte por todo esto, su actitud y forma de dar espectáculo. Es uno de esos peleadores que hace sencillo amar a las MMA.