«Luis, muérdeles el cuello»

“Luis, muérdeles en el cuello”, dicen los articulistas en la prensa holandesa, con más humor que veracidad. Por la calle, los aficionados locales se recatan, sin desmarcarse del asunto. “Está bien que les muerda en el cuello, pero con goles, sin clavar los dientes”, dice Jeannine, una holandesa de pura cepa, nacida junto a la estación central de Ámsterdam. Hans, natural de Den Helder, es más serio: “Hay que tener agresividad en el juego, pero no contra los rivales. A ver si Luis saca ese talento con sus disparos sorprendentes desde lejos”. Marja, nacida en Eindhoven y fanática de los “ajacied”, ve bien la sanción. “No podemos dar esa imagen. El Ajax siempre destacó históricamente por jugar bien, sacar grandes futbolistas de la cantera y ser una escuela de educación para sus profesionales”. Profesora que es ella.

Mourinho admitió la metáfora al valorar el mordisco del uruguayo: “Sí, el Ajax necesita morder y darlo todo para aspirar a continuar en la Liga de Campeones, pero eso fue una anécdota. También Samuel Eto’o tuvo un momento malo el domingo y es un chico muy educado”.

Mientras los incondicionales del club franjirrojo sueñan con una victoria necesaria, los barcos de la “Venecia del norte” van repletos de españoles. Es un miércoles de noviembre, cuando hace un frío lento pero seguro, y Ámsterdam vive su agosto en otoño. El Real Madrid será apoyado en las gradas por casi un millar de simpatizantes que han conquistado la ciudad con guantes y gorros. Los cánticos por las calles se agotan entre el halo de los tres grados de temperatura. Abrir la boca da frío. Y las tiendas de diamantes dan miedo. “¿Dónde está el dinero para comprarlos?”, dice Javier, un forofo de Guadalajara. “En la Bolsa de Ámsterdam”, le contesta su compañero Luis, señalando el edificio. El Real Madrid cotiza al alza en esta Liga de Campeones que no gana desde 2002. Comenzó el torneo como segundo plato del bombo, en ese cementerio de los elefantes que integraban el Milán y el Ajax, y ha demostrado que sus aspiraciones son máximas. Hoy se juega poco. Sin embargo, hay un objetivo: vencer por fin en cancha del conjunto holandés. Juan Carlos López, un aficionado de Albacete, vivió la derrota de 1995 y anhela disfrutar por fin de un triunfo en esta ciudad, donde los blancos acumulan dos fracasos y un empate.