Golf
El LIV Golf que se va a encontrar Jon Rahm
La batalla de los circuitos
Menos días y menos presión, un ambiente más familiar y competir por uno mismo, pero también por los demás. Más parecido a la Ryder Cup que a la PGA. Los otros españoles que han vivido el torneo saudí lo presentan para ABC
Jon Rahm da el gran pelotazo: ficha por la liga saudí por 550 millones
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Iniciar sesiónLa fecha del 31 de diciembre sigue aún en el horizonte como la última en la que se puede alcanzar un acuerdo entre el PGA Tour y el PIF (fondo saudí que gestiona el LIV Golf). En ese momento se esperaba que entre ambos ... circuitos surgiera una nueva competición que sirviera para llevar al golf a un sueño siempre deseado: una liga mundial unificada. Sin embargo, distintos acontecimientos surgidos desde el pasado 6 de junio (fecha de la firma del protocolo de intenciones) han motivado que cada vez esté menos claro que este proyecto vaya a ver la luz.
El Gobierno estadounidense se ha mostrado reacio a esta unión, pues podría atentar contra las leyes anti-trust del país, por un lado, y porque no le hace ninguna gracia que su homólogo saudí pueda entrar en sus fronteras a controlar uno de sus activos más valiosos en el mundo del deporte. De ahí que en los últimos días hayan saltado a la palestra otra serie de inversores nacionales (propietarios de otras franquicias deportivas) para cubrir los diez mil millones de dólares que los árabes iban a aportar.
Entre tanto, con esta situación de indefinición flotando en el ambiente, Jon Rahm, número 3 del mundo y uno de los activos más importantes del Circuito Americano, decidió cambiar de bando y fichar por el LIV Golf. Con el consiguiente cambio de calendario, que después de pasar las Navidades en Bilbao le llevará a prepararse para debutar la primera semana de febrero en el campo mexicano de Mayakobá. Será la primera de las catorce pruebas de una nueva competición en la que va a tener que asumir varios cambios con respecto a la forma de competir que ha vivido desde que era pequeño, como jugar sólo tres rondas sin corte, salir al tiro (todos los jugadores desde todos los hoyos y no por el 1 y el 9 sucesivamente), vestir pantalones cortos, escuchar música en los distintos agujeros y, sobre todo, jugar también por equipos.
Para un hombre familiar como el vizcaíno, que antepone las relaciones personales a otro tipo de circunstancias, esta posibilidad de actuar también en grupo es una de las razones que le han llevado a dar el salto. «Siempre he sido del Athletic de Bilbao y sé lo que es sentir unos colores deportivos -comentó el de Barrica-. También he vivido desde dentro en varios colectivos como los equipos nacionales de la Federación Española, la universidad de Arizona State o el bando europeo de la Ryder Cup y ese ambiente es algo que nunca se olvida. Por eso me atrae mucho la posibilidad de jugar cada semana por algo más que por mi propia clasificación».
En efecto, en el LIV se encontrará con un listado individual y otro por equipos, algo que no es habitual en las competiciones profesionales. Y será un aliciente para poder seguir haciendo historia como capitán y propietario de uno de ellos. A modo de ejemplo, es como si en la Fórmula 1 le ofrecieran pilotar y ser el jefe absoluto de una escudería.
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Lo que se va a encontrar Rahm en su nueva liga es un entorno muy distinto al que ha vivido hasta ahora. Así se lo han confirmado a ABC los compatriotas que la conocen de primera mano, como Sergio García, el primero que decidió dar el salto cuando surgió esta nueva idea y que se mostró encantado con ella desde el comienzo. «Es un modelo distinto y hay que darle un tiempo hasta que cuaje entre el público. Igual hemos fallado un poco en saber transmitir todos los valores que tiene y en explicar bien lo que significa, pero lo que está claro es que quienes estamos dentro estamos encantados y completamente comprometidos con sus ideales», explica el castellonense.
El segundo en subirse al carro del LIV Golf fue Eugenio López Chacarra, que llegó directamente desde la competición universitaria y a quien impactó la buena relación existente entre todos los participantes. Por eso tiene un mensaje claro para su nuevo compañero. «Jon se va a encontrar un ambiente muy familiar y creo que tanto él como su familia van a estar muy a gusto y pronto muy unidos al grupo», comenta el madrileño.
Dado que el vasco está muy apegado a los suyos, le augura un gran futuro en este sentido. «Todos somos muy amigos, de verdad, y hay que ver cómo disfrutamos al margen de lo que es el golf. Los profesionales suelen viajar con su familia y están todos los niños jugando entre ellos. Ellos se lo pasan genial y esto contribuye a que nos sintamos partícipes de un circuito único, muy bueno, en el que tratan muy bien tanto a los participantes y familiares como a los invitados de todo el mundo».
Una competición familiar
A diferencia de lo que sucede en otro tipo de torneos, todos los jugadores y sus familias se alojan en el mismo hotel, lo que contribuye a estrechar aún más las relaciones. Eso sí, una vez que se sale de allí y se acude al campo de golf, el espíritu competitivo de cada uno sale a relucir. «Es verdad que coinciden más que en los otros tours y que normalmente desayunan y comen juntos. Pero a pesar de ese tono tranquilo una vez que empiezan a jugar todos van a muerte para ganar individualmente y como equipos», apunta Carlos Rodríguez, mánager de Sergio García y de otra media docena de integrantes de la liga.
Eso sí, hay un factor que contribuye a que tampoco se les altere en pulso más de la cuenta, como revela Adolfo Juan Luna, 'caddy' de Chacarra en sus primeros torneos en el LIV y con el que ganó la prueba de Bangkok de 2023. «El ambiente es muy distendido y todo son facilidades para que el jugador se encuentre lo más cómodo posible. Pero al tratarse de torneos de 48 jugadores sin corte no existe esa tensión típica del golf a la que estamos habituados». Aunque si se habla de Jon, seguro que no se relaja en absoluto y saldrá a ganar aunque sea en las vueltas de prácticas, como señala Eugenio. «Jon va a estar genial entre nosotros porque va a tener va a tener una cálida bienvenida, estará súper contento y seguro que va a jugar muy bien y ganará muchos torneos. Todos estamos encantados de tenerle y seguro que va a ser un gran año para él y ojalá que para todos».
Parece raro al tratarse de un proyecto internacional con capital árabe, pero el colectivo latino (con golfistas españoles, mexicanos, colombianos y chilenos) hace que el idioma de Cervantes sea el segundo más utilizado después del inglés. Y que entre ellos se establezcan unos lazos de amistad que superan en muchos momentos el ámbito laboral. «La relación que yo he tenido con Abraham Ancer y Carlos Ortiz fue maravillosa y me trataron de forma excepcional el tiempo que pasé en 'Fireballs' -indica Luna-. Menos tiempo pasé con Joaquín Niemann, Mito Pereira y Sebastián Muñoz, pero el trato conmigo fue de película. Es más, alguno de ellos incluso recomendó mi nombre a otro jugador cuando Eugenio decidió prescindir de mí. Así que es fácil imaginar lo agradecido que estoy».
Otro joven español en liza también triunfador, aunque en su caso a nivel grupal, es David Puig. El catalán es consciente de lo que este modelo puede significar para el crecimiento del golf. «Poder tener la oportunidad de estar aquí y competir contra los mejores profesionales del mundo es maravilloso y algo que lo que he soñado toda mi vida. Estoy convencido que esto va a ayudar a las futuras promesas, tanto del golf español como del golf en general, a obligarse a trabajar duro para intentar ganarse una plaza en esta liga». Y si consiguen acceder a ella, pelear a tope durante las tres rondas de competición. «Al final es el mismo golf, lo único que son tres días, pero tienes que jugar tu bola y el que mejor lo haga ganará el individual. Y en cuanto al equipo, tratar de aportar lo máximo posible al grupo. En esto no hay nada diferente», explica Chacarra.
Un capitán especial
En cuanto al equipo de los 'Fireballs' que le fichó, el exjugador de Oklahoma State no puede estar más encantado con su capitán. «En mi caso, Sergio siempre está para ayudar. Es una gran persona, me trató muy bien desde que llegué y notas que no sólo quiere contar con los mejores jugadores, sino hacerlos mejores. Comentamos la forma de vida de cada uno y te da su consejo, te ayuda a ser mejor persona y seguro que eso beneficia luego al equipo», comenta orgulloso. Aunque en cada ronda los golfistas están en su hoyo luchando por su tarjeta indididual, eso no quita para que tengan siempre en mente la colectiva. El capitán no va de partido en partido como en la Ryder Cup, pero sí que establece unas directrices antes de cada jornada, como incide Eugenio.
«Hace observaciones y te aconseja. Tu capitán te puede ayudar y animar y seguro que Jon también lo hará cuando tenga su grupo. En nuestro caso, Sergio hace una gran labor y siempre está ayudándonos, siempre intenta lo mejor, dando lo mejor de sí para nosotros y nosotros intentamos hacer lo mejor también para él».
Para 2024 Rahm ya tiene una nueva tarea por delante. Ganar por él y también por los demás. Un estímulo más en su carrera ahora que se incorpora a una liga tan peculiar.
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