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Juegos Olímpicos Tokio 2020

Kalisz y Hafnaoui, primeros nombres propios de la piscina

La primera jornada de finales abre el pulso entre Estados Unidos y Australia por dominar el medallero de natación

Ahmed Hafnaoui EP

Igor Barcia

La primera jornada de finales en el Centro Acuático de Tokio ha dejado detalles de la rivalidad que se espera esta semana entre Estados Unidos y Australia por la hegemonía de la natación y un par de nombres propios, los de Chase Kalisz y Ahmed Hafnaoui. En el primer caso hay empate a oros, con uno para cada país, aunque el Team USA ha recopilado el doble de medallas en esta matinal que su rival (6-3), que ha rendido por debajo de las enormes expectativas que hay depositadas en el grupo de nadadores australianos.

Pero el primer nombre de la jornada ha sido el de Chase Kalisz . No solo por ser el primer campeón olímpico de natación en los Juegos de Tokio. Sus ojos vidriosos al escuchar el himno americano con el oro al cuello delataba lo que suponía su victoria en los 400 metros estilos. Desde 1996, Estados Unidos encadenó cinco oros consecutivos en la prueba, que llegó a ser considerada patrimonio americano hasta que en Río Chase se tuvo que conformar con la plata, un recuerdo que le ha perseguido durante estos cinco años. «Tenía grabados esos metros finales donde veía que era incapaz de ganar», reconoció Kalisz, que tuvo que inclinarse ante el japonés Seto.

Pero la estrella nipona se hundió en las semifinales y dejó un espacio que Kalisz ha sabido aprovechar a la perfección. Además de dar un golpe en la mesa y restaurar el dominio americano, el de Baltimore ha logrado un triunfo personal. Después de ser doble campeón del mundo en 2017, las lesiones no le han dejado tranquilo y había quien pensaba que a sus 27 años ya había pasado su mejor época. Pero Kalisz está acostumbrado a pelear. A los 8 años sufrió la enfermedad de Guillain-Barré, un problema neurológico que hace que el sistema inmunológico entre en guerra con el nervioso. Kalisz estuvo en coma y sin poder moverse, pero de ese sufrimiento nació su relación con la natación. «Cuando me dejaban en el tanque de agua me sentía aliviado», recuerda del proceso de recuperación. Después entró a formar parte del grupo de entrenamiento de Phelps para convertirse en uno de los mejores especialistas de los estilos. Y desde hoy, campeón olímpico. Como para no llorar...

El otro protagonista ha sido Ahmed Hafnaoui , que a sus 18 años, por la calle ocho y después de haber sido cuarto en su semifinal, se ha merendado a sus rivales para dar a Túnez su tercer título de natación, el segundo en piscina. La sorpresa ha sido evidente, solo había que ver a su entrenador correr de un lado a otro de la grada con las manos en la cabeza . Pero además de para descubrir a este talento, ha servido para reivindicar a la natación tunecina, muy golpeada por el rechazo a competir de su gran estrella Ousama Mellouli, campeón olímpico de 1.500 metros libre en Pekín y de aguas abiertas en Londres. A sus 37 años había logrado la clasificación para sus sextos Juegos, pero en junio anunció su renuncia por un enfrentamiento legal que mantiene con la federación tunecina por una cuestión económica. Para Túnez, su renuncia fue un golpe, pero hoy gritan de alegría al encontrarse con un oro que ni habían imaginado.

Al final de la jornada llegó ese récord del mundo de Australia en el relevo de estilos femenino , al marcar 3.29.69 y mejorar su propio registro. El de hoy es el tercer título consecutivo en esta prueba.

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