Jorge Vilda, nuevo técnico de la selección femenina de Marruecos

Llevaba días convencido, desconcertado pero resignado, de que en suelo español, tal y como estaba el ambiente, no tenía futuro posible. Lo que no han querido disfrutar aquí, lo ha aprovechado el país africano (que no cuida especialmente a las mujeres, dirán los malpensados), cuya federación anunció y presumió este jueves de su contratación.

Un mes y medio después de alzarse con la Copa del Mundo de Australia y Nueva Zelanda, 40 días más tarde de ser abruptamente destituido, menos de una semana después de declarar ante el juez del caso Rubiales, Jorge Vilda hace las maletas. El domingo será presentado. Y también se encargará de la coordinación de las categorías inferiores de todo el fútbol femenino marroquí. Será, como ejerció en España, entrenador y director deportivo al mismo tiempo.

El técnico tenía prisa por agarrar un equipo. No quería desaprovechar el tirón de su título mundial bajo el brazo ni tampoco que los efectos del linchamiento al que está sometido desde el estallido del #se acabó cimentara en dejarle como señalado para siempre. No han explicado aún cuáles son sus pecados, pero las jugadoras (aunque en público lo niegan) lo han convertido en un apestado. Y así siguen. Así que, pese a que teóricamente todavía no ha resuelto el conflicto por la cantidad que tiene que llevarse de finiquito en la RFEF (la Federación ofrece 200.000 euros, el técnico reclama dos millones), Vilda ha decidido aceptar el ofrecimiento del país marroquí.

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No fue el único candidato español al puesto, eso sí. Lluís Cortés, uno de los artífices del gran Barcelona, también aspiraba al banquillo marroquí. Aunque aún no ha rescindido contrato con el combinado ucraniano, el catalán negoció con la federación marroquí un cambio de aires. Incluso viajó a tierras africanas junto a su representante, Arkaitz Coca. Pero mientras trataba de resolver su situación laboral con Ucrania, Marruecos le informó de que Jorge Vilda iba a ser nombrado director deportivo y que había decidido trabajar con su propia gente. Cortés entendió que no tenía sentido seguir negociando.

En la selección marroquí juegan dos futbolistas que militan en la LigaF, ambas en el Levante Las Planas. Se trata de Yasmin M-Rabet, centrocampista de 24 años, y de Anissa Lahmari, también mediocampista, de 26.

Vilda llegará a Marruecos aún enredado en el escándalo Rubiales y su beso a Jenni Hermoso, sin resolver la acusación de coacciones que pesa sobre él. El exseleccionador español declaró el pasado martes en la Audiencia Nacional y negó que coaccionara al entorno de Jenni Hermoso a raíz del beso que el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales propinara a la jugadora en la entrega de trofeos del Mundial en Sídney (Australia). Sólo quiso ayudar a «bajar el suflé» cuando habló con el hermano de la jugadora, dijo.

El técnico fue destituido a principios del pasado mes de septiembre como seleccionador español femenino a pesar de que tenía uno más de contrato (o cuatro, si se valida el ofrecimiento verbal que le hizo Rubiales en la asamblea de su inmolación). El madrileño llevaba en el cargo desde el 30 de julio de 2015, cuando sustituyó a Ignacio Quereda, siendo el cuarto técnico de la selección femenina tras Rafael Muga y Teodoro Nieto. Su cargo fue ocupado por la asturiana Montse Tomé.

Tras el incidente del beso no consentido de Rubiales a Jenni Hermoso, Jorge Vilda fue uno de los cargos señalados por las futbolistas internacionales en su comunicado de denuncia en el que exigieron cambios y salidas en la Federación. Junto a él, y además de Rubiales, también han ido desfilando Andreu Camps (ex secretario general, Miguel García Caba (responsable del Área de Integridad) y Pablo García Cuervo, director de comunicación.

Alexia Putellas e Irene Paredes han asegurado que no fueron las jugadoras las que forzaron la destitución de Vilda del banquillo español. Pero el caso es que tuvo que dejarlo. Ahora ocupará el marroquí