MUERE PEPE DOMINGO CASTAÑO
Hasta que se le acabaron las palabras
«Se ha marchado sin levantar la voz. Pero su voz queda en nuestro mundo, en nuestra vida»
Muere Pepe Domingo Castaño, leyenda de la radio española
Pepe Domingo Castaño: nunca se te acabarán las palabras
Pepe Domingo Castaño, en Padrón, fotografiado por Iñaki Cano
Han sido tantos vaivenes juntos que ahora no creo que pueda moverme sin su voz, sin sus consejos y sin su «¡hola, hola!». Hoy estoy triste, apenado y sin fuerzas para ir de un lado a otro. No sé si podré, sin su luz ' ... latinear'. Caminar por cualquier calle de su Galicia o de cualquier ciudad siguiendo a su camisa blanca y andar por donde pisaban sus relucientes e impolutamente blancas zapatillas.
Mi vida siempre ha estado unida a él. Primero a través de las ondas sin imaginar que le iba a conocer, escuchándole y viéndole con respeto en la distancia, reuniendo a los más importantes en las noches de Long Play en torno suyo en aquellos años 70. Después, siempre pegado a su costado en la calle, en las fiestas, en los almuerzos o en las cenas en los 'Tiempos de Juerga' con Los Cabritos o en las noches de domingo en el Txistu con la Pandilla Basura.
Mi mujer, Toni Martínez Daimiel, trabajaba con Pepe Domingo en la Cadena SER haciendo las mañanas durante muchos, muchos años y en esos tiempos de radio, mi admiración por 'La Leyenda' fue creciendo. Siempre cercano y con más nivel y categoría que él nunca se quiso reconocer, porque Pepe, era humilde, muy humilde. De mayor le decía que quería ser como él y Castaño, siempre avergonzado me contestaba: «Venga va… déjate de tonterías». Su generosidad era inmensa. El respeto por los menos importantes era aún más grande y eso hacía quererle aún más y respetarle eternamente.
El destino cruel ha querido que se fuera en silencio. Su vida era contar, cantar y hablar de la vida en la radio y vivir la calle rodeado de todos los que se le acercaban, de todos los que le querían. Se ha ido un grande. Un grande, pero de verdad y sin 'mamonadas', como a él le gustaba definir a los 'medias tintas'. Se ha marchado sin levantar la voz. Pero su voz queda en nuestro mundo, en nuestra vida.
¿Pepe Domingo Castaño, sin decir nada? Por eso se ha ido, porque se le acabaron las palabras y la vida para él, sin palabras, sin carcajadas, sin canciones: no era nada. Para Pepe Domingo Castaño, la vida no merecía la pena vivirla sin poder disfrutarla a tope con su Tere, con sus hijos, sus nietos, sus amigos, su radio. Descansa en paz, querido Pepe, haz disfrutar a todos los que te están esperando por allí a donde vayas ahora. A nosotros, aquí, nos dejas huérfanos, de radio y de vida. Descansa en paz querido amigo.