GRUPO H
Xabi Alonso y Busquets ganan a Bielsa en la pizarra
Los dos centrocampistas se multiplicaron para contrarrestar el planteamiento ofensivo chileno
JULIÁN ÁVILA
Del Bosque fue fiel a la filosofía de juego de su equipo y acentuó el carácter del toque con la inclusión de Iniesta en lugar de Jesús Navas. Nada de jugar en función del contrario. España ya tiene sus credenciales sobre la mesa y son ... los contrarios los que están obligados a buscar soluciones al modelo de juego que hoy tiene España.
Marcelo Bilesa, el técnico de Chile, montó un puzzle complejo para sacar a una de las favoritas del Mundial. Metió en la zona de creación una mezcla de medias puntas y de centrocampistas ofensivos que obligó a una disciplina táctica para listos y a un desgaste de energías por encima de lo normal.
Sufrió la selección mucho en el primer cuarto de hora. Estaba bien plantada en el campo, pero se colaron algunos jugadores chilenos entre la línea del medio campo y los defensas. Dos acciones fueron suficientes para que Xabi Alonso y Busquets hablasen el mismo idioma en el medio del campo para cerrar cualquier fisura en el sistema. El madridista se ganó el sueldo con creces. Providencial en el corte y en taponar los disparos de vuelo rasante se ganó el título de candidato a estajanovista. Despejó la mayoría de los saques de esquina y le dio tiempo a incorporarse al ataque. Fue una de las presas del taco chileno. Le dejaron un par de recados antes del descanso y tuvo que dejar el partido para que el percance del tobillo no fuese a más.
El azulgrana le siguió en la lección táctica. Buen complemento. Nada de doble pivote. Ejecutó con buen criterio la salida del balón y siempre fue una referencia para el resto de los compañeros. Sufrido en el esfuerzo. Como el resto del equipo, que tuvo que trabajar de manera encomiable hasta que llegó el tanto de Villa. Hasta ese momento, España había perdido el balón y tocó correr más de la cuenta.
Prematuro movimiento
Del Bosque no quiso mandar una mala noticia a sus jugadores con un movimiento de piezas prematuro, pero se vio obligado a meter un centrocampista más en la segunda parte, aunque Chile tenía uno menos por la expulsión de Estrada, por el gol de Millar. Un cambio que sonó a rancio. Fernando Torres al banquillo y Cesc al terreno de juego. Como hacía Luis Aragonés en su etapa.
La selección recuperó el control de la pelota y apaciguó el ímpetu de los chilenos, más pendientes de las noticias que llegaban desde el estadio donde jugaban Honduras y Suiza. Se impuso el fútbol control, aunque faltó algo de profundidad. Lo importante era mantener el resultado. Y eso que las noticias en defensa siempre fueron positivas, salvo en el despiste colectivo en el gol de Chile. Más que despiste fue que algunos jugadores todavía estaban en el vestuario y no se habían metido en el partido. Íker Casillas tuvo una noche placentera y sólo se vio inquietado en la primera parte, aunque tuvo que recoger el balón de la portería. Un tanto de mala fortuna, porque Piqué desvió la trayectoria lógica del balón en el disparo del jugador chileno.
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