Villa alivia su calvario con un gol de penalti

Sin embargo, en el Principado inició un camino extraño. Se le apagó la luz de manera inesperada. Falló un gol a puerta vacía porque el balón se estrelló contra el larguero. Mal fario. Luego llegó la cita de Argentina en el Monumental . Mandó otro balón contra el poste en una falta desde fuera del área. Ante Lituania no mejoró su estado . Falló un remate a un metro de la línea de gol. Adivinen qué se interpuso. Exacto, el poste. ¿Mala fortuna? ¿Simple puntería? Fin a la racha o inicio de una mala secuencia anotadora. ¿O quizás ansiedad?

Así es la vida para los delanteros. Viven atrapados en su mundo. Con la portería rival entre ceja y ceja. Sin embargo, Villa lo ha visto ahora todo nublado. Si antes chutaba contra una virtual portería de rugby y todo acaba en gol ahora ha estado disparando contra una de hockey patines. Cayó en el mundo minúsculo.

Se sintió traicionado por su mejor arte. Su oficio es marcar y ahora tiene el punto de mira desviado. Ya no le sale ni su jugada preferida. Escorarse en el costado izquierdo para driblar al contrario hacia su pierna derecha y fabricar un disparo cruzado. Casualmente, la mala racha con la selección ha coincidido con llegada al Barça.

Pero finalmente ya ha entrado en otra página de oro de la selección. Ayer marcó en Hampden Park , santuario para el fútbol español, de penalti. Con suspense y después de desaprovechar dos ocasiones y de llevarse una bronca de Piqué porque se ofuscó en una jugada que terminó en un contragolpe muy peligroso. Cuando logró su tanto número 44 no lo celebró de manera especial. Sabe que la cuenta sigue abierta.

A pesar del logro firmado en tierras escocesas, la cara del goleador a la salida del estadio era de pocos amigos. El delantero sentía dolor en el tendón rotuliano de la rodilla izquierda y este miércoles será sometido a pruebas médicas en Barcelona para conocer el alcance de sus molestias. Un contratiempo que le podría apartar del partido del próximo sábado ante su ex equipo.