Fútbol
Vicente Moreno, de limpiar barro en Masanasa a dirigir a Osasuna en el Bernabéu
El técnico se incorporó este viernes al club navarro tras pasar una semana ayudando en la limpieza de su pueblo, uno de los más afectados por la DANA
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Vicente Moreno, a la izquierda, limpiando en Masanasa y este viernes, en Tajonar
Muy a su pesar, Vicente Moreno ha terminado siendo uno de los grandes protagonistas deportivos de la semana. El técnico volvió a pisar ayer el césped de Tajonar, retomando sus funciones al frente de Osasuna después de pasar los últimos días entre fango y ... escombros, ayudando a limpiar las calles de Masanasa, su localidad natal. Dividido entre su compromiso profesional y el deber hacia su pueblo, Moreno regresó al trabajo en la previa del enfrentamiento que medirá a su equipo con el Real Madrid en el Santiago Bernabéu, uno de los partidos marcados en rojo en el calendario. Ni siquiera se sentará en el banquillo al estar sancionado, pero su imagen en el coliseo blanco será uno de los grandes acontecimientos del fin de semana futbolístico.
Fue en la antesala del Osasuna-Valladolid, hace ahora una semana, cuando se pudo ver a Moreno revolviéndose en la silla e intentando ahogar el llanto mientras atendía a los periodistas. Tres días antes la DANA había devastado toda la comarca de la Huerta Sur valenciana, y el técnico se sentía impotente en Pamplona. «Luego hablamos de fútbol lo que queráis», dijo al empezar. Antes necesitaba liberarse emocionalmente: «Para los que estamos lejos y tenemos allí familias, amigos e hijos, tenéis que entender que está siendo muy duro no poder estar allí con ellos…», soltó entre lágrimas.
De la libreta al rastrillo
El preparador del quinto mejor equipo de la Liga llevaba encima demasiados momentos de angustia. Durante muchas horas fue incapaz de comunicarse con sus hijos o con sus padres. Y en ese estado de nervios le tocó hacer un viaje exprés a Chiclana para disputar una eliminatoria copera que terminó también suspendida debido al temporal. Solo viendo las imágenes de televisión ya era capaz de entender la magnitud de la tragedia.
Tras haberse derrumbado en la sala de prensa apenas resistió unas horas más. Nada más terminar el encuentro ante el Valladolid pidió permiso para viajar a casa. «Vuelve cuando quieras», le dijeron en el club, priorizando el bienestar personal sobre las exigencias deportivas.
La siguiente instantánea de Vicente Moreno llegó solo un día más tarde, vestido con un pantalón de chándal gris, una camiseta negra y unas botas de agua, afanado en despejar con un rastrillo la entrada de un garaje en su localidad natal. Masanasa había sido una de las poblaciones más afectadas por la riada. Aparte de dejar casas arrasadas y las calles cubiertas de barro, se contaban por decenas las víctimas mortales y las personas desaparecidas. Moreno necesitaba estar allí. Compartir el dolor con sus vecinos. Ser uno más.
A la vez, Osasuna también quiso volcarse con la localidad de su entrenador. El fútbol pasó a ser algo secundario. El club rojillo anunció la puesta en marcha de una campaña de donaciones que ya ha recaudado 250.000 euros. De igual forma, se contactó con el Ayuntamiento de Masanasa para colaborar en la reconstrucción de las infraestructuras municipales que más daños han sufrido
Moreno contó también con la complicidad de Dani Pendín, su segundo. Ambos se conocen de compartir vestuario en el Xerez, y cuando el míster valenciano inició su etapa en el Mallorca quiso tener al argentino como ayudante. «No te preocupes por el equipo», le tranquilizó Pendín, que el martes pasado ocupó el área técnica en el encuentro aplazado ante el Chiclana. Tras la victoria, hubo dedicatoria al jefe: «La última comunicación que tuvimos con Vicente fue anoche. Nos dijo que estaba cansado y mal de tanto limpiar. No queremos molestarle», reveló Pendín.
El argentino también fue este viernes el encargado de hablar antes del choque con el Madrid. A él le tocó avanzar cuál es el estado anímico de Moreno: «Vicente poco a poco va estando mejor y eso nos hace estar contentos. Es el líder del conjunto y se le echaba de menos. Es un amigo, y cuando lo ves sufrir, uno sufre también. Lo ha pasado mal, y verlo de nuevo ha sido un chute de motivación sobre todo para los jugadores, que no dejaban de preguntar por él».
Su vuelta al trabajo no deja de ser un alivio para el conjunto rojillo. Moreno, que aterrizó en Navarra el pasado verano, cayó de pie desde el principio. Después de dirigir y ascender a plantillas como Mallorca y Espanyol, de demostrar su capacidad para liderar en circunstancias difíciles, asumió la responsabilidad de convertirse en el sustituto de Jagoba Arrasate, quien siempre dio la talla en sus seis años en Pamplona. No le tembló el pulso y en poco tiempo ha sido capaz de construir un grupo sólido y comprometido que, para más inri, juega bien.
A punto de cumplirse el primer tercio del campeonato el Osasuna se mantiene en los puestos que dan acceso a Europa con solo tres derrotas en su casillero. Entre medias, los rojillos han sido los únicos capaces de derrotar en el torneo doméstico al despampanante Barça de Hansi Flick. Buena parte del mérito la tiene el carácter perfeccionista, meticuloso y adaptativo del preparador valenciano.
El reto de Osasuna ahora es amargar a un Real Madrid herido en el orgullo y dar un nuevo homenaje a su entrenador, quien pese no estar durante toda la semana, les ha brindado una hermosa lección.