Valencia, un lucrativo cortijo para Peter Lim y Jorge Mendes

A modo de ejemplo, Zorio, que ha presentado una denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción, asegura que, de los 60 millones que el conjunto de Mestalla abonó al Benfica por Rodrigo, André Gomes y Cancelo, solo un poco más de la mitad llegaron a las arcas del club lisboeta (34). «El resto quedaron por el camino de Lim, Mendes y otros intermediarios y prestamistas». Según los cálculos realizados por esta plataforma, de los 1.000 millones de euros movidos por Peter Lim en futbolistas durante su mandato, 440 millones habrían sido para pagar comisiones.

Miguel Zorío abandonó el Valencia en 2009 tras ejercer como vicepresidente económico durante la etapa del mandato de Vicente Soriano. El pasado 30 de enero presentaba una denuncia ante la Fiscalía contra Peter Lim, contra los tres presidentes que ha tenido la entidad desde que la compró (Amadeo Salvo, Layhoon Chan y Anil Murthy), así como contra el agente Jorge Mendes por delitos económicos como falsedad contable, apropiación indebida, administración desleal y corrupción entre particulares.

Varios de esos delitos, según un comunicado de Marea Valencianista, tendrían relación con fichajes fuera de mercado llevados a cabo para que el empresario singapurense financiara la compra de acciones y se convirtiera en el dueño del club. «Es la primera ocasión que Peter Lim es denunciado como administrador de hecho del Valencia, figura que recoge el código penal español. Ahora ya no va a poder esconderse detrás de los presidentes y presidenta que ha puesto al frente del club. Él es el máximo responsable, aunque no el único, de cómo se ha vaciado económica, deportiva y socialmente el Valencia», destacó Zorío en un comunicado.

Aunque el proceso de compra de las acciones y la toma del control del Valencia se culminó el 1 de diciembre de 2014, Zorío recuerda que desde un año antes Peter Lim, «utilizando su sociedad Meriton, y a su protector, Amadeo Salvo», adquirió los derechos económicos del delantero Rodrigo y del centrocampista André Gomes, por los que pagó al Benfica 30 y 15 millones de euros respectivamente. En la información oficial del club lisboeta, que cotiza en bolsa, figura que la cantidad que ingresó por el internacional Rodrigo fue solo de 12.642.000 euros, mientras que los pagos a terceros, los servicios de intermediación y los costes de actualización financiera ascendieron a 17 millones. Por el luso recibió solo 9 de los 15 millones en los que se tasó la operación.

«La consecuencia que se puede extraer de la desmedida desproporción existente y la ingente cantidad percibida por intermediarios y terceros es que el Valencia está sufragando las comisiones de terceros agentes (posiblemente incluso las que debieran pagar los jugadores a sus propios agentes) y los sobreprecios declarados por el Benfica como derechos de terceros. De ahí la necesidad de investigar».

Marea Valencianista llama la atención de que, en el año de la venta a Lim, el club de Mestalla pagó solo en cuatro operaciones (Rodrigo, André Gomes, Cancelo y Enzo Pérez) más de 30 millones en comisiones. «Curiosamente, Lim abonó 22 millones a Bankia a través de sus empresas interpuestas como primer pago del precio de compra de acciones, un dinero que, como presuntamente sospechamos, sale de las propias arcas de la propia sociedad por la compra de jugadores», advierte la plataforma liderada por el que fuera vicepresidente económico de la entidad.

En la denuncia presentada ante la Fiscalía Anticorrupción también se pide que se investiguen otras operaciones sospechosas durante el mandato de Lim, como la venta del portero brasileño Neto al Barcelona y la compra al club catalán del también guardameta Jasper Cillessen. Movimientos, a su entender, «fuera de mercado realizados para evitar que Peter Lim tuviera que afrontar más de 30 millones de euros de pérdidas en su cuenta de resultados».

Hay que recordar que, recientemente, la Juventus fue sancionada en Italia por llevar a cabo «un sistema fraudulento para la venta de jugadores por razones exclusivamente relacionadas con la necesidad de conseguir determinados resultados económico-financieros mediante artimañas», según reflejó en sus conclusiones el Tribunal de Apelaciones del fútbol italiano el pasado 25 de enero. El club turinés alteró sus cuentas con tretas contables que atribuían a jugadores que intercambió con otros clubes por un valor por encima del mercado. Las plusvalías fueron ficticias para salvar las pérdidas contables en un ejercicio sistemático de ingeniería fiscal. Una actuación por la que la Juve fue sancionada con la pérdida de 15 puntos.