Todo irá bien

Nico Williams: tan simple como no poder pagar

«Esta vez no ha sido Tebas. Ni los árbitros, ni el Athletic, ni ninguna mano negra. Esta vez ha sido el Barça haciendo el ridículo y sin enterarse»

Nico Williams da portazo al Barça y anuncia su renovación con el Athletic: «Estoy donde quiero estar»

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Nico Williams, ante Lamine Yamal en un Barcelona-Athletic Club EP

Esta vez no ha sido Tebas. Ni los árbitros, ni el Athletic, ni ninguna mano negra. Esta vez ha sido el Barça haciendo el ridículo y sin enterarse. Todavía la noche del jueves el entorno de Laporta daba por hecho el fichaje. El anuncio de la renovación, y por diez años ... , fue recibido como una humillación. Al final y tras tantas presiones, filtraciones y demás formas de comedia, cuando Nico Williams exigió la certeza previa de que podría ser inscrito, Laporta no supo dar ninguna respuesta clara y el jugador se cansó de esperar.

La realidad es que el Barça es un club altamente endeudado, que no genera lo que dice y que, pese a la propaganda institucional, no tiene ingresos para cubrir sus gastos. La ley 1:1 con la que tanto se especula y se debate es muy fácil de explicar aplicada al Barcelona, y es que no goza de la salud financiera suficiente para garantizar que podría afrontar los compromisos salariales con su plantilla si hubiera inscrito a Nico Williams y por eso Laporta no ha podido ofrecer al jugador la seguridad de que iba a estar en capacidad de inscribirlo.

La Liga pregunta a los clubes por sus ingresos y sus gastos y si las cifras no cuadran, no autoriza nuevas inscripciones. Tenía razón el presidente del Athletic cuando se quejaba de que el Barça se iba a llevar a su jugador sin tener el dinero, porque los 60 millones -o 58, según se cuente- de la cláusula los obtuvo a través de un crédito nuevamente imprudente y tensando todavía más las finanzas de un club ya de por sí en el alambre. Tras haber tensado para muchos años las relaciones con el club vasco, haber puesto a Nico en una situación muy incómoda con su afición y haber hecho promesas al viento, sabiendo que era muy incierto su cumplimiento, la improvisación y la mala gestión de Laporta han puesto una vez más frente al espejo de su quiebra técnica.

El que tenía que ser el primer fichaje de Lamine Yamal se ha convertido en la primera decepción con que el club ha fallado a su estrella. En el horizonte inmediato, más trampas. Laporta ha prometido que 60.000 socios podrán asistir al Gamper el 10 de agosto. El ayuntamiento de Barcelona no ve claro, de momento, asumir el riesgo de conceder los preceptivos permisos. Laporta presiona para que la Liga acepte los ingresos por la venta de los palcos VIP y Goldman Sachs también tiene prisa porque necesita que el nuevo estadio se ponga en funcionamiento, sea como sea, para empezar a cobrar.

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