El Barça pagará más de 100 millones al año, sólo de intereses

Estas astronómicas cifras, unidas a la delicadísima situación económica de la institución, hacen pensar en que Laporta está llevando a cabo una transformación 'de hecho' del Barça en SAD, pero sin hacerlo oficialmente. Su estrategia en los últimos meses ha sido ir vendiendo los ingresos futuros del club a terceros, de modo que aunque la institución permanezca en su actual forma jurídica, es cada vez más un caparazón vacío y sin ningún poder de decisión.

La idea de subir los abonos de la próxima temporada un 40% tuvo que ver con esta imperiosa necesidad de generar ingresos, pero Laporta tuvo que dar marcha atrás al darse cuenta y comprobar que sólo 7.000 de los 85.000 abonados habían manifestado la voluntad de acudir a los partidos que el equipo tendrá que jugar en el estadio Lluís Companys de Montjuïc. La única idea que por el momento ha sugerido el presidente para ilusionar a la masa social es el más que dudoso regreso de Messi, que en el improbable caso de producirse sería una operación mucho más comercial que deportiva.

Aún más a la desesperada, en los días previos al último partido que el Barça iba a jugar en el Camp Nou -el del pasado domingo- el club pidió a los socios que no 'desballestaran' el estadio, en referencia a que no arrancaran las butacas para llevárselas de recuerdo. El club espera hacer caja vendiéndolas y puso a un agente de seguridad en cada boca para asegurarse de que ningún socio le menguaba el futuro negocio. Cuando el Atlético de Madrid se despidió del Vicente Calderón dejó que cada socio se llevara su butaca y regaló el resto a clubes de categorías inferiores.