La rendición de Vilda

Aitana, Mariona y Ona firmaron la renuncia tras la revuelta y oportunas lesiones le libraron de hacerlo a Paredes, Jenni y Alexia, que también estaban ahí. Irene Paredes puso voz como capitana a la rueda de prensa del motín. Y aunque nunca se pronunciaron con rotundidad y se han puesto de perfil, Hermoso (también salía en la foto principal aquella tarde) y Putellas han dejado entrever el bando del que estaban más cerca. «No es una cosa nuestra. También pasa en las selecciones de Colombia, Canadá, Estados Unidos hasta hace poco… Es agotador tener que estar reclamando mejoras constantemente para poder rendir mejor. Los dirigentes tendrían que mejorar nuestras condiciones sin que nosotras lo tuviéramos que estar pidiendo todo el rato», llegó a decir Alexia tras recoger el premio The Best de la FIFA.

En el primer partido contra Costa Rica, la alineación titular de España estaba compuesta por siete jugadoras fieles y cuatro rebeldes. La alineación contra Zambia situó en el campo solo a cinco fieles, entregando la superioridad, sumadas ya Alexia y Mariona, al bando díscolo. Proporción que se mantuvo contra Japón. Y mi apuesta es que contra Suiza jugarán otra vez las seis. Misa mantendrá la titularidad. Los cambios en la alineación podrán venir de las jugadoras leales que hoy son secundarias. Así que las amotinadas, en cuerpo o en alma, han retomado el mando. Vilda ha entregado la selección a quienes lo intentaron derrocar. ¿Confianza verdadera o debilidad?

No parece sensato pensar que el míster haya comprometido la titularidad a las amotinadas al hecho de volver al redil de la selección. Pero a día de hoy, nadie ha hecho públicos los cambios que han motivado su vuelta. Pocos saben con certeza la intrahistoria real de aquella revuelta nunca antes vista en el fútbol español.

Siempre se dijo que las jugadoras que se tiraron del barco tras la rueda de prensa del 1 de septiembre habían traicionado a sus compañeras. Y que posteriormente, las jugadoras que volvieron traicionaron a las que se mantuvieron firmes en su decisión. Y que Jorge había fallado a sus fieles con la convocatoria. Y ahora, lo que se percibe es que las fieles también se sienten traicionadas… Una concatenación fatal de malos rollos que en nada beneficia al equipo. Cuando en un Mundial, en vez de sonar las palabras grupo, compañerismo, equipo, país…lo que suenan son otras como traición, silencio, malas caras, reproches y apatía, es evidente que algo no se está haciendo bien.