España empieza el Mundial con hambre ante Costa Rica

Wellington acoge el debut de la selección con más de 23.000 entradas vendidas, paisaje precioso el que dibuja el Sky Stadium, acompañado, eso sí, por diez grados de temperatura y sensación térmica menor por el viento y la lluvia que azotan sin piedad a estas alturas de invierno.

Así es como empieza España en este Mundial. Impulsado por los buenos resultados cosechados hasta aquí y ese favoritismo que se van creyendo, pies en el suelo mediante, mostrado en forma de consistencia desde el minuto 1 hasta el 90. Hay corro y últimas palabras, hombros unidos, antes de que el once titular se sitúe en sus lugares correspondientes. Lo hacen a la carrera, metiendo presión desde el inicio. Nunca han perdido un partido inaugural y no lo iban a consentir en este Mundial en el que hay piezas para jugar una partida de las importantes.

Con una alineación cien por cien ofensiva, algo más atípica que en otros planteamientos previos, hay un centro del campo que protege la puerta, y cuatro lanzas en el ataque.

En Costa Rica, que también tuvo a su estrella (Raquel Rodríguez) en el banquillo por una lesión producida hace pocos días, tuvo en las piernas de Priscila Chinchilla y Melissa Herrera la velocidad por las bandas, y la creatividad en las botas de Gloriana Villalobos, pero poco pudieron hacer ante el empuje de las de Vilda.

Sale al galope la selección española, combinación incesante entre Irene Paredes, Teresa Abelleira e Ivana Andrés en el centro del campo que llegan con muy buenas intenciones a Salma Paralluelo y Aitana Bonmatí, que tuvo en sus botas la primera gran ocasión.

Agazapada, no podía de otra manera, Costa Rica esperaba su oportunidad. Un despiste de Paredes para atajar un balón, dejó a Melissa Herrera sola con campo para llegar a Misa. Su disparo fue desviado y sin intención, pero era un aviso. Un Mundial no admite despistes.

Era Costa Rica, mucha afición que acompaña a las suyas con una charanga, sobre el papel, el rival más débil. No se podía perder el mando del encuentro ni la decisión de salir de este primer partido con un buen puñado de goles y confianza. Y el propósito llegó a los 20 minutos, ese periodo en el que España es un ciclón que comienza con un remate de Esther González que defiende hacia su propia portería Valeria del Campo.

Un gol que desatasca esa línea rota desde el centro hasta el ataque e impulsa la convicción de las de Vilda. Hay opciones para Paralluelo, que se enreda antes del pase, ya forzada, y la resolución de Aitana Bonmatí en el 23 con la zurda. España se desata.

A los cinco minutos, el pase al centro del área de Ona lo recoge Jenni Hermoso, y aunque el cabezazo da en el larguero, el rechazo lo aprovecha Esther González para sumar el tercero. Pudo llegar el cuarto a los cinco minutos, después de una delicatessen de Athenea del Castillo que recibió Olga Carmona y fue derribada dentro del área. Jennifer Hermoso, sin embargo, erró el penalti, muy bien leído por Daniela Solera, que celebró esa parada que evitaba el cuarto tanto y frenaba la sangría.

Fueron los mejores minutos de Costa Rica, algo más despejada de la presión española, que no la había dejado respirar en 35 minutos. Pero duró poco, un despiste de Irene Paredes al dar un pase a Misa, una jugada por la izquierda que cortó Abelleira y de nuevo balón y ocasiones para las de Vilda.

Paralluelo y Bonmatí eran una pesadilla, en todos los sitios, en todos los momentos y si no hubo más goles en la primera mitad fue porque las de Amelia Valverde volvieron a encerrarse atrás, hasta nueve jugadoras dentro del área.

La grada combate el frío con olas para empezar la segunda mitad. Que es un calco de la primera, e incluso mejorado aunque no haya goles. Bonmatí y Paralluelo bailan en el área, Hermoso se divierte, y España marca contundencia.

Es tiempo de dar respiro para guardar fuerzas, que esto es muy largo, y minutos para calentar las piernas, a pesar de los nueve grados y la lluvia. Firman un gran encuentro Esther González y Athenea del Castillo, y ganan confianza bajo la lluvia Alba Redondo y Mariona Caldentey.

La ovación, no obstante, es para Alexia Putellas, recibida por la grada con el mayor de los aplausos. Se protege a la estrella con mimo, guardando esa rodilla que la tuvo casi un año fuera del terreno de juego, pero también hay ganas de que se pruebe. Y el planeta fútbol, de verla brillar en el área. Hay carreras, pases rectilíneos y hasta algún remate que celebran también los costarricenses.

Baja la intensidad España, que no necesita más para sumar los primeros 90 minutos de Mundial con una muy buena cara y tres goles en la mochila. Que toca Zambia el día 26 y ya habrá tiempo de exploraciones de mayor calador. Era el partido que tocaba hacer, sin desgaste ni lesiones y se ha conseguido.