EL CLÁSICO
Un turbio horizonte se cierne sobre el Madrid
Lo malo no es la pérdida del liderato, sino la desaparición de la autoestima y la moral blanca
Un turbio horizonte se cierne sobre el Madrid
Resulta curioso observar como noventa minutos bastan para convertir lo blanco en negro y los mejores presagios en los nubarrones más oscuros. Lo malo de la derrota del Madrid ante el Barcelona no fue la pérdida de puntos en sí, sino cómo cayó derrotado, un ... golpe moral en toda la línea de flotación de la nave blanca. Pensaban los blancos que esta temporada habían alcanzado a los azulgrana con un fútbol distinto, pero igualmente efectivo. El mazazo del Camp Nou les ha sacado de su error, han visto como la cruda realidad les ha golpeado duramente.
Lo malo no es la pérdida del liderato, que el Barcelona esté delante dos puntos o que se haya perdido definitivamente el gol average. Lo peor es la desaparición de la autoestima y que la moral -que estaba por las nubes- ha desaparecido por completo. Y no sólo eso, despeja dudas en el equipo de Guardiola. Tal y como está la Liga parece complicado que cualquier equipo de la media tabla sea capaz de arrebatar algún punto al Barcelona, mientras que el estado de ánimo blanco está por los suelos.
Caras serias, semblantes sombríos y un hundimiento generalizado presidieron el regreso de los madridistas a Madrid. Además hubo bastante mal rollo en todo el avión por un "ahora te ruedo el rostro que tienes y yo no quiero que me ruedes". Y por debajo de todo se desliza otra sensación: en cuanto el Madrid ha encontrado enfrente un equipo serio de verdad se ha venido abajo. Ahora le toca romería a los blancos: la primera, el sábado ante el Valencia en el Bernabéu. Los azulgrana viajan a Pamplona y juegan antes por lo que el Madrid podría afrontar a un rival temible como los son los levantinos a cinco puntos de distancia de los barcelonistas. Y otro temor: que Higuaín tenga que ser operado y el Madrid se quede con un solo delantero, Benzema del que, visto lo visto, se espera poco o nada. No querían, pero igual tienen que fichar un ariete en Navidad.
Solo un respiro se atisba en la lejanía: la Liga de Campeones en marzo, cuando lleguen los partidos duros de verdad. El Barcelona tiene una plantilla muy corta y podría acusar el desgaste de miércoles y domingo en choques complicados ante lo mejor del continente. Quizás ahí podría aflojar ese ritmo de titanes que mantiene ahora, lejos de todos pero también lejos del Madrid, que se las prometías muy felices -ingenuo él- hasta que se ha dado cuenta de que todo era un espejismo.
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