El fútbol sala español toca fondo

Atendiendo a la trayectoria de España no sorprendió que la primera mitad acabase con Venezuela en ventaja. En tres de los cuatro partidos empezaron perdiendo los de Fede Vidal. Únicamente ante Libia, en el cierre de la fase de grupos, dominaron el marcador desde el inicio además del juego. Ayer la pelota fue una vez más roja, pero el juego español volvió a acusar una alarmante falta de velocidad.

España sobó la pelota con demasiada calma ante una Venezuela que de inicio confundió la intensidad con la agresividad, lo que la hizo cargarse de faltas muy pronto. Sin embargo, eso también se tradujo en mejores ocasiones para los americanos. Solo Jesús Herrero, en dos ocasiones, evitó que se pusieran por delante.

Gordillo, goleador en los tres partidos anteriores, pudo inaugurar el marcador en el saque de una falta, pero se topó con la madera. Y a la mejor ocasión española le siguió el gol de Venezuela en una polémica acción. Un balón largo del portero Villalobos que Herrero no acertó a atajar en su salto ante Briceño. El meta de Movistar Inter se quejó de que el pívot rival le había desequilibrado, pero la pareja arbitral no lo vio así, tampoco tras verlo en vídeo.

El gol alteró a España, que aumentó la presión en el acelerador y cambió a Didac por Herrero en la portería. Así logró meter a Venezuela en su área, pero sin incrementar la sensación de peligro. Además las prisas se tradujeron en un par de errores que a punto estuvo de aprovechar la vinotinto para aumentar su ventaja.

Tras pasar por el vestuario España apretó aún más ante una Venezuela emboscada y a los cuatro minutos el esfuerzo dio sus frutos. Cortés desequilibró en banda y Raúl Gómez selló el empate. Fue el inicio de un monólogo, ágil esta vez, que los venezolanos apenas interrumpieron con varios balones largos y una contra. Pero a poco más de un minuto para el final Carreño firmó la sentencia y el peor resultado de España en los últimos nueve mundiales.