Flick encuentra a Kimmich en La Masía

A Casadó, curiosamente, le apodan Kimmich en el vestuario por su apariencia física y por el fútbol que desplega. Mediocentro de nacimiento, la polivalencia le permitió a Rafa Márquez utilizarle el año pasado como lateral en el filial y este verano a Flick como interior. La pretemporada le valió para lograr un billete al primer equipo y un dorsal de Primera división, el 17. Ante el Girona (1-4) se doctoró con la espectacular asistencia a Pedri para que el canario anotara el cuarto gol tras un pase filtrado que logró superar a tres oponentes.

El caramelo a Pedri fue la punta del iceberg en Montilivi que no puede esconder el resto de estadísticas: Registró 56 intervenciones, con un índice de pases exitosos del 92% (47 de 51 intentos), contribuyendo con un pase clave y una oportunidad de gol creada. El catalán ganó los dos duelos terrestres y uno de los dos aéreos en los que participó. Defensivamente se mostró sólido al no ser regateado por ningún rival, realizando dos entradas exitosas y cometiendo apenas una falta. Casadó fue clave en la estabilidad del juego en el centro del campo.

«Quiero seguir vistiendo la camiseta del Barça toda la vida», explicaba este martes ilusionado en el portal 'Jijantes'. Ahora es un fijo de Flick pero este pasado verano se especuló con una posible cesión. Casadó llegó al Barça como infantil y los entrenadores que ha tenido recuerdan su pasión hablando de tácticas y sistemas. De hecho disfrutaba las charlas de vídeo y las disecciones de los rivales. Compartía vestuario con Balde, Simons y Fermín, formando parte de las convocatorias del primer equipo hasta que después de más de 30 veces viendo su nombre en la pizarra del primer equipo acabó debutando en Liga. «Llevo 8 o 9 años trabajando lo mismo, la misma filosofía de este club y eso se nota cuando llegas al primer equipo. A veces cuesta cuando vienes desde fuera, no es fácil. Desde La Masia se están haciendo las cosas bien. El año pasado, con el filial hicimos una gran temporada con un equipo muy joven», explicaba.

Nacido en 2003 (21 años), Casadó es de esa nueva generación de futbolistas que cuida su carrera profesional haciendo trabajo físico por su cuenta y vigilando con atención la nutrición. De momento parece haber convencido a Flick y también a Deco, que ya no asume como una urgencia la necesidad de reforzar el mediocentro sin el músculo financiero necesario para ello.

El futbolista de Sant Pere de Vilamajor, municipio de la comarca del Vallés Oriental (Barcelona), ha disputado tres partidos saliendo de titular en todos ellos y ya lleva jugados un total de 241 minutos con el primer equipo con una asistencia de gol. Este jueves llega la Champions, con un partido en Mónaco que le colocará en el escaparate Europeo y la posibilidad de hacer olvidar definitivamente a Busquets.