Ahora todo lo que no sea ganar la Eurocopa sabrá a poco

Esto del antiespañolismo ya lo he vivido yo un montón de veces en el pasado, sin ir más lejos en el Mundial de Qatar. Recuerdo que después del 7-0 del debut ante Costa Rica se me hizo muy cuesta arriba tener que decir la verdad porque las hordas patriótico futboleras querían homenajear a Luis Enrique cuanto antes levantando en su honor una estatua ecuestre de mármol blanco en cada campo de España. Gracias a Dios que no se fueron a encargarlas a Carrara porque al parecer Marruecos tenía una idea diferente al respecto.

A De la Fuente, como a todos y cada uno de los entrenadores que a lo largo de la historia han sido, le va a examinar el resultado que obtenga. Con esto quiero decir que si Georgia elimina a España en octavos será difícil justificar su continuidad en el banquillo y si, por ejemplo, cae en cuartos ante Alemania habrá sido una Eurocopa del montón, ni fu ni fa aunque más fa que fu. A todo lo que sea clasificarse para semifinales, independientemente de lo que ocurra después, habrá que ponerle un notable alto, pero darle más vuelo al ego del Expreso por haber llegado a octavos de un campeonato en el que se clasifican las cuatro mejores terceras me parece un exceso a la altura de la estatua de Luis Enrique. E insisto, Míchel, Marcelino, Quique, Iraola, Emery, Valverde, Arrasate, Alguacil, Bordalás o García Plaza también habrían clasificado a España.

El error, según yo lo veo, ha consistido en ir yendo por ahí presumiendo de que no hay una selección mejor que la nuestra. Es una metedura de pata bastante grosera y un error estratégico de bulto porque todo lo que no sea ganar la Eurocopa sabrá ahora a poco. Ese día descarriló el Expreso y cuando a la mañana siguiente pidió prudencia ya era tarde porque el pueblo andaba celebrando por la calles, brindando, festejando y marcando el prefijo de Carrara. Humildad, por favor. Y menos mármol.