Gakpo o Güler, solo puede quedar uno

La 'Oranje' solo besó una vez el trofeo Henri Delaunay y fue en 1988, con tipos como Ronald Koeman, Ruud Gullit, Frank Rijkaard o Marco van Basten entre sus figuras. Hoy, el combinado que adiestra precisamente Koeman es menos mediático, sin figuras renombradas, pero el extremo izquierdo de los 'reds' se ha erigido en el líder de Países Bajos con sus tres goles en la competición. Todos sus compañeros le buscan porque es una amenaza permanente gracias a su velocidad, desborde y talento.

«Es un gran jugador, sólido con el balón y muy importante para nosotros. Es uno de los futbolistas con cualidades extra y afortunadamente marca la diferencia en momentos como este», dijo de él Koeman, poco dado a repartir elogios, después del triunfo por 3-0 en octavos contra Rumanía, con un gol de Gakpo y otra asistencia a Donyell Malen. Precisamente, el delantero del Borussia Dortmund se perfila como titular ante los turcos en detrimento de un apagado Memphis Depay.

Es como si en la Eurocopa Gakpo se hubiese quitado ese peso de encima que le molesta en el Liverpool, donde no es regular y parece sufrir a la sombra de Mohamed Salah. Gakpo de 25 años, ya vio puerta tres veces en el Mundial de Catar, certamen en el que la 'Oranje' dio que hablar y cayó en cuartos ante la campeona Argentina, por penaltis. Con seis goles en solo dos grandes torneos, está solo a uno de igualar la marca que comparten Ruud Van Nistelrooy y Arjen Robben.

Gakpo se encontrará en su camino con el portero Mert Gunok, cuya estratosférica parada a remate de Baumgartner evitó la prórroga ante Austria. Hacia adelante, la principal amenaza turca es Güler, que en el Madrid solo dispuso de minutos en el último tramo de la temporada aunque mostró su atrevimiento y finura, y se reivindicó con seis goles. Tras asegurarse el título, Carlo Ancelotti le permitió florecer para que llegase maduro a la Eurocopa.

A sus 19 años, Arda anotó un golazo contra en Georgia y estuvo en el origen de los dos tantos a balón parado contra Austria. Clave para que Turquía alcanzase los cuartos de final de un gran torneo por cuarta vez, la primera desde ese 2008 en el que compitió hasta semifinales. Turquía recupera a dos jugadores fundamentales, al defensa Samet Akaydin y al todocampista Hakan Çalhanoglu, sancionados en octavos. En cambio, Vincenzo Montella pierde por sanción a Kokcu. Yuksek y Merih Demiral, el héroe ante los austriacos y a su vez el villano por ese gesto en los festejos que se relaciona a los 'Lobos grises' y que le supone dos partidos de condena por parte de la UEFA. Esta organización turca está clasificada como terrorista, ultranacionalista, neofascista e islamista y, según la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, tiene más de 12.000 miembros en Alemania.

Siempre se dijo que no se debe mezclar política y deporte, pero el central del Al-Ahli saudí rompió la norma no escrita en Leipzig y abrió una crisis diplomática entre Berlín y Ankara en plena Eurocopa. Un asunto relevante si se tiene en cuenta que a Turquía se le considera el segundo anfitrión del torneo, con cerca de tres millones de nacionales residentes en territorio alemán.

«El símbolo de extremistas de derecha turcos no tiene cabida en nuestros estadios», reaccionó enseguida la ministra del Interior alemana, Nancy Faeser. Tras estas declaraciones, Ankara convocó al embajador de Alemania en Turquía. En respuesta, Berlín hizo lo propio con el embajador turco. La situación es tan tensa que el ministro de Exteriores turco vilipendió «las reacciones con intereses políticos y xenófobas de las autoridades alemanas hacia Demiral». El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, estará en el palco berlinés.