eurocopa 2012
Brillante monólogo en un patio de colegio
La selección golea a Liechtenstein en su primer partido de clasificación
Liechtenstein... Tiene una población de 35.000 habitantes, de los cuales 12.000 son hombres de 15 a 64 años. Pongan muchos menos en edad de competir profesionalmente. De esos, tienen que sacar once para afrontar a la campeona del mundo. Por no tener, no ... tienen ni Liga propia y han de jugar la Liga suiza. La pregunta es: ¿por qué juega Liechtenstein al fútbol? O mejor ¿por qué juega la Eurocopa? Vale, es bonito, tiene derecho a ver a la campeona y todo eso, pero práctico es cero. Estos encuentros valen para poco, para nada, para un entrenamiento y ni siquiera eso. Lo lógico sería hacer una segunda división, una fase previa, lo que sea para evitar estos partidos fantasmas. Un choque entre un tipo de las fuerzas especiales armado hasta los dientes contra un pobre chavalín que tan siquiera cuenta con una mísera piedra que llevarse a la mano para ver si le da en la frente a Goliath.
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Así fue el partido, el de todos los años, el de todas las competiciones. Una esperanza verde para Liechtenstein que en un segundo se convirtió en una pesadilla. Si Alemania no vio el balón ante nuestros bajitos, ¿cómo lo iban a ver estos chicos?. El encuentro fue de una vía única. España agarró el balón y ya no lo soltó. Igual les parece fácil lo que hacen los de Del Bosque. Pues sepan que es dificilísimo: mover el balón a esa velocidad y, sobre todo, con esa precisión y desmarcándose continuamente, es complicadísimo. Por eso, se ponga quien se ponga delante, sufre como un perro. Los rivales corren y corren detrás del balón y no lo pillan. Acaban con los pulmones destrozados, hechos unos zorros.
A medio gas
España tuvo siete u ocho ocasiones sin apenas forzar la máquina. Hay equipos que logran ver los pases interiores en los carriles del ocho y del diez. Liechtenstein no, porque no está en ese nivel, porque no les da ni el número ni la calidad ni el talento. Marcaron Torres, Villa y Silva, pero podían haber marcado muchos más y cualquiera de los rojos porque nadie presionó a Xavi y no presionar a Xavi en un partido de fútbol es jugar a la ruleta rusa con seis balas más la de la recámara. Tiro fijo en la sien.
Todo fue de España, el campo, el balón, las ocasiones, un monólogo que a veces, cuando el esférico pasaba por la mente de Xavi y las botas de Iniesta, se convertía en un fulgor.
Liechtenstein hizo lo único que podía hacer, meter diez hombres por detrás del balón y cerrar filas con más número que estrategia. España también hizo lo que tenía que hacer: paciencia, mover el balón de un lado a otro y esperar a que el desgaste generase huecos. Eso fue el partido, nada más. La caza del ratón y el gato hasta que primero te meten un zarpazo, luego otro y finalmente llega Torres, te clava los dientes en la yugular y ya no te escapas. Si no llega a ser por Jehle habría sido una carnicería. Pobrecillos.
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